Después de cinco largos meses durante los cuales la enfermedad me impidió compartir el trabajo común, aquí estoy de nuevo entre ustedes.
A todos, compañeros, miembros de las comunidades, militantes de los comités, amigos que aportan su ayuda a través de diversos servicios, lectores de « Faim et Soif« , quiero decirles desde el fondo del corazón muchas gracias. Porque, no sólo durante estos meses Emaús no ha sufrido sino, gracias a la generosidad de todos ustedes, encuentro este vasto conjunto más grande, consolidado y sólido, y listo para nuevas tareas.
Desde mi regreso, he podido visitar a casi todos los grupos, las comunidades, los campos en la región parisina. Pude ir a Lille y ver el excelente trabajo realizado allí. Pronto iré a Rennes.
Ahora en estos días, para cumplir una promesa hecha hace seis meses a un gran amigo, Jacques Maritain, es necesario que me aleje, durante tres semanas, para hablar con los norteamericanos. Ustedes saben lo que les diré: el mensaje de todos, el mensaje de Emaús, la afirmación de que el primer fundamento de la paz es la justicia, la justicia internacional y la justicia social y que ellas no pueden realizarse sin que algunos tengan amor suficiente para participar voluntariamente en la condición de los que más sufren, para entenderla, no de una manera lejana, sino en todo su sentido trágico.
Después de haber recorrido los últimos diez años muchos países, Austria, Alemania, Checoslovaquia, Yugoslavia, Escandinavia, Inglaterra, Suiza, España, Italia, África del Norte, África Subsahariana, etc. para llevar de múltiples maneras el mismo mensaje, hoy siento profundamente cómo, gracias a la presencia de ustedes a mi lado, yo puedo ir con más fuerza a testimoniar sobre estos problemas fundamentales, los problemas del hombre universal agobiado por las angustias actuales, ante quienquiera en la tierra que se encuentre en situación de poder, el poder capaz de producir tantos beneficios o tanta y tan irremediable desolación.
Hasta pronto. A mi regreso, ya lo saben, especialmente ustedes, amigos que viven en las comunidades, es entre ustedes que, de nuevo, podré vivir la mayor parte de mi tiempo. Aquí está el fundamento de toda nuestra utilidad pasada y futura”.
Editoriales Faim et Soif
Abril 1955