Emaús Ruffec y la movilidad solidaria
Desde 2009, Emaús Ruffec trabaja en el desafío recurrente de la movilidad. El grupo tiene su sede en una zona muy rural clasificada como «zona rural con necesidades de revitalización», que plantea severos problemas de movilidad para las personas desempleadas o en situación de pobreza (escaso transporte público, poca movilidad sostenible -como el uso de bicicleta o desplazamientos a pie, etc.-).
Ante las numerosas solicitudes de ayuda en este ámbito, el grupo acaba de poner en marcha un servicio de alquiler solidario de scooters, bajo petición de los trabajadores y trabajadoras sociales. Como la movilidad es esencial para poder recuperarse, se ha mejorado el estacionamiento y otros servicios ofrecidos a mayor escala. En 2017, el grupo abrió su primera autoescuela solidaria, en colaboración con el departamento territorial al que pertenece, y cofinanciada por la Unión Europea en el marco del Fondo Social Europeo.
Este plan permite que todo el mundo tenga la posibilidad de aprender a conducir, ayudando a las personas con dificultades económicas, sociales y cognitivas a prepararse para obtener el carnet de conducir. Los beneficiarios aportan el 25% del coste total de la formación, que suele ser de unos 1.200 euros en Francia. Así, cada año, alrededor de 120 personas, seleccionadas en función de criterios sociales, reciben formación para conducir y el consejero de movilidad realiza 150 diagnósticos de movilidad cuyo objetivo es ayudar a resolver los problemas que, a nivel de transporte, dificultan la integración social y profesional.
Esta importante evolución ha sido posible gracias a la estructuración de los servicios. En Francia existen plataformas de movilidad a nivel nacional que reúnen los dispositivos de movilidad solidaria del territorio, a saber, una autoescuela, un servicio de alquiler y un apoyo social a la movilidad. Cuando el departamento territorial lanzó una convocatoria para contratar a un consejero/a de movilidad, Emaús Ruffec decidió hacerse cargo de este servicio en 2018. El planteamiento parecía lógico, pues la asociación ya contaba con un servicio de alquiler social y una autoescuela. También ha permitido estructurarse como una plataforma de movilidad global y extenderse por el doble de superficie con la creación de una sucursal en la localidad vecina de Confolens.
El grupo cuenta actualmente con 6 empleados/as, incluido un puesto de trabajo asistido, y puede contar con la ayuda de voluntarios comprometidos, pero tiene previsto volver a expandirse en 2021. Emaús Ruffec tiene previsto además contratar a un tercer profesor/a de autoescuela para abrir una nueva sucursal a petición del ayuntamiento y seguir gestionando la flota de alquiler con el objetivo de aumentar el número de vehículos disponibles. El objetivo es también ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de donar su viejo vehículo que aún funcione o se pueda reparar de acuerdo con el planteamiento de Emaús. ¡La aventura continúa!
© Emaús Ruffec