El transporte: solidaridad más allá de los bienes materiales
Encuentro con Jean-Philippe, responsable del grupo de Satu Mare de Rumanía. Nos habla de la organización de un transporte solidario, y además nos revela todo lo que hay detrás de estas iniciativas de puesta en común de las donaciones entre los grupos Emaús que reciben mucho y los que reciben menos.
¿Puedes presentar brevemente Emaús Satu Mare?
Nuestra comunidad acoge a 25 jóvenes de entre 18 y 30 años procedentes del sistema de protección de la infancia. Son especialmente vulnerables y la mayoría ha sufrido traumas en la infancia y adolescencia. Cuando llegan aquí, presentan grandes dificultades para relacionarse, aprender e integrarse, entre otras.
Por tanto, somos como un híbrido entre una comunidad y una empresa de inserción. Por un lado, en la comunidad los miembros aprenden a ser autónomos en su vida cotidiana, a cuidar de sí mismos, etc., todo ello asociado a un gran trabajo educativo que comprende, entre otros, el retomar los estudios, las charlas individuales y grupos de apoyo sobre determinados temas (gestión de las emociones, relaciones, etc.).
Y, por otro lado, la “inserción profesional”: disponemos de dos tiendas de muebles y objetos variados que dan experiencia laboral a los jóvenes y permiten a Emaús Satu Mare satisfacer sus necesidades.
¿Cómo se abastece a estas dos tiendas?
Como la mayoría de las tiendas de Emaús, recogemos artículos a nivel local, pero de forma limitada: en Rumanía la gente no tiene costumbre de hacer donaciones o las donaciones que hacen son de mala calidad. Si a esto le añadimos que los canales de reciclaje no están en las mejores condiciones, existe un riesgo real de que los residuos pierdan su utilidad al depositarlos en el contenedor.
Por lo tanto, nos abastecemos en gran parte gracias al transporte solidario que envían otros grupos Emaús asociados y con los que hemos establecido fuertes vínculos.
¿Qué hay detrás de este tipo de colaboración y vínculo entre los grupos Emaús?
Aunque los transportes solidarios aportan un apoyo económico esencial, estas colaboraciones suponen también una oportunidad para crear vínculos reales con los demás grupos de Europa a través de intercambios de compañeros/as y visitas entre grupos.
Muchos de nuestros jóvenes hacen prácticas en grupos asociados: pasan allí varios días o semanas, preparan el siguiente camión que se vaya a enviar y también aprenden mucho sobre la vida fuera de su comunidad. En cierto modo, “abandonan el nido” y se encuentran en un lugar nuevo, que cambia sus hábitos (diferencias lingüísticas, estar con personas mayores, etc.), pero que está protegido. La mayoría de estos jóvenes regresan siendo más maduros y teniendo más confianza en sí mismos. Estos intercambios son verdaderamente beneficiosos. Hablamos de un “Erasmus de compañeros y compañeras”, ¡exactamente de eso se trata!
Y si surgen dificultades durante su estancia en la comunidad que visitan, siempre es una oportunidad para que conozcan sus límites y para que nosotros estudiemos la manera de acompañarles mejor. Tenemos la suerte de contar con colaboradores de confianza dispuestos a “arriesgarse” con nosotros.
Desde el punto de vista logístico, ¿qué significa enviar un transporte solidario?
Lo primero que hay que decir es que… ¡enviar un camión no es difícil! Tan solo hay un poco de burocracia, pero nada del otro mundo. Nosotros nos encargamos de encontrar un transportista.
Lo más complicado es la parte del “contenido”: la calidad de las donaciones enviadas y la cantidad de estas. Un camión que solo lleva un 70% de su capacidad de carga tendrá un impacto en los beneficios finales obtenidos y en nuestro modelo económico. Del mismo modo, un camión con material de mala calidad es probable que acabe en el contenedor, con el riesgo de perder su utilidad. En ambos casos, el impacto medioambiental también va en contra de los valores que defendemos en Emaús.
Ahora nos encontramos con un nuevo obstáculo, que es la subida del precio de la gasolina, y Rumanía no se libra. Hoy en día, un camión representa entre 7.000 y 9.000 euros de volumen de negocio en Satu Mare, con unos costes de transporte de hasta 3.000 euros (frente a los 2.200 del año pasado). La calidad y la cantidad de la carga son muy importantes para que el camión sea rentable y cumpla con nuestros principios.
Entonces, ¿cómo es un camión ideal?
¡Aquel que combina relaciones, calidad y cantidad! Una primera posibilidad es enviar a los jóvenes al lugar para que elijan el contenido del camión, ayuden en la carga y animen a todo el mundo a cargar bien los objetos. Aunque esto también tiene un coste, es algo muy importante para crear un vínculo a largo plazo y, como se ha mencionado anteriormente, es una gran experiencia.
Otra buena práctica (para el grupo emisor) es estudiar detalladamente las necesidades del grupo receptor con el objetivo de que los productos coincidan con lo que nuestra clientela busca a nivel local. El año pasado nos reunimos con dos grupos y, juntos, hicimos una lista detallada de nuestras necesidades: estilo de los muebles, objetos, tipo de vajilla… sin olvidar la calidad del embalaje de los objetos, “maltratados” durante la carga, el transporte y la descarga. ¡Todas estas cuestiones son importantes!
Otros grupos con los que estamos en contacto desde hace mucho tiempo ya conocen nuestras necesidades, y nos sentimos “en casa” cuando recogemos su mercancía.
¿Qué le dirías a un grupo que quiere implicarse más en la solidaridad internacional y en el transporte solidario en particular?
El transporte solidario es una forma muy Emaús de vivir la solidaridad: implica a los compañeros/as, empleados/as y voluntarios/as del grupo emisor y crea un beneficio real y tangible para los compañeros/as del grupo receptor. No se trata de una actividad suplementaria, este enfoque forma parte del ADN de Emaús: una puesta en común de las donaciones de Emaús que da trabajo a toda una comunidad y la mantiene viva. ¡Y es una gran aventura!
¿Quieres añadir algo que se haya quedado en el tintero?
¡Siempre hay algo que añadir! Queremos dar las gracias a los grupos Emaús que nos apoyan desde hace tiempo, y animamos a aquellos grupos que aún dudan a que prueben la aventura, con nosotros o con otros grupos europeos que también lo necesiten, en Rumanía, pero también en Polonia, Bosnia-Herzegovina o en los países bálticos.
Dos jóvenes de Emaús Satu Mare descargan un transporte solidario de La Chaux de Fonds (Suiza) - mayo de 2022, Rumanía - © Emaús Satu Mare