Emaús Europa

Emaús en Rumania

Basado en una entrevista con Gelu Nichitel, Delegado Nacional de Rumania ante el Consejo Regional de Emaús Europa.

Hola Gélu, ¿puedes hablarnos de los grupos de tu país?

Bună ziua! En Rumania, todavía no hay organización nacional, pero contamos con tres grupos:

  • La Fundación Emaús Iasi, creada en 2001 a raíz de un proyecto iniciado en 1997 por un grupo franco-rumano junto a personas sin hogar provenientes de orfanatos. Se encuentra en el noreste del país.
  • El grupo Emaús Satu Mare, que se creó en 2010 como continuación de una asociación que se ocupaba de los orfanatos desde 1990 y que está situado en el noroeste.
  • La asociación Los amigos de Emaús Târgu Jiu, situada en el suroeste del país, que se creó en 2011 para prestar apoyo financiero a una asociación que dirige un centro infantil desde 1994.

Al estar bastante alejados entre si, los grupos no tienen actividades comunes a diario, pero nos juntamos regularmente para las reuniones del grupo de trabajo llamado Colectivo Rumania, y organizamos estancias cortas para los compañeros y voluntarios entre los grupos.

 

¿Cuáles son las principales actividades económicas que realizan los diferentes grupos?

En total, contamos con cinco salones de venta, incluyendo uno en el campo.

Cada grupo tiene una o dos tiendas de segunda mano, que son su principal fuente de ingresos. La mayor parte de nuestra mercancía viene de Europa Occidental. Cada uno de los grupos ha forjado fuertes vínculos de colaboración con los grupos Emaús de Suiza, Alemania, Francia, el Reino Unido, Suecia y Finlandia. Recibimos un total de casi 50 camiones al año, es decir, 580 toneladas de mercancías que no necesariamente habrían tenido una segunda vida en los países donantes ¡y crean actividad aquí!

En Satu Mare, 150 toneladas de mercancías proceden de la solidaridad europea y 10 toneladas se recogen localmente. Casi el 95% de este material es reutilizado o reciclado (ventas, donaciones, equipamiento de la comunidad). Las dos tiendas del grupo ofrecen material diverso y variado. Emaús Satu Mare también tiene una terraza donde ofrece comida y bebida. Además, el grupo ha desarrollado una actividad de construcción, que permite a algunos jóvenes capacitarse y trabajar tanto dentro de la comunidad como fuera de ella.

En Iasi, manejamos cerca de 190 toneladas de mercancía por año, de las cuales sólo el 5% proviene de donaciones locales. El 90% de la mercancía se reutiliza o recicla: venta en una de las dos tiendas, donaciones, construcción de invernaderos y vallas, leña, pero también reciclaje del cartón, hierro y electrodomésticos. Una de nuestras tiendas, ubicada en el campo, es sobre todo un apoyo para las poblaciones más pobres y no tanto una verdadera fuente de ingresos. Además de nuestra actividad de venta, desarrollamos una actividad agrícola.

En Târgu Jiu, la solidaridad europea permite obtener 240 toneladas de mercancías al año, mientras que la recogida local representa sólo una tonelada al año. El 90-95% de la mercancía se vende en la tienda de segunda mano, se dona o se recicla.

 

¿Quiénes son los actores de Emaús en Rumania y cuáles son las diferentes actividades sociales desarrolladas en los grupos?

La forma en que los tres grupos trabajan es bastante diferente.

En Târgu Jiu, el grupo apoya un centro infantil gracias a los ingresos de la tienda, gestionada por el equipo y unos diez voluntarios. En total, la asociación apoya a 15 niños de 8 a 18 años, 15 jóvenes adultos y 10 familias. Otro proyecto está en curso y actualmente se está renovando un edificio para acoger a 6 compañeros y así iniciar una comunidad.

En Satu Mare, el grupo trabaja con jóvenes menores de 30 años y, además de ser una comunidad, tiene una certificación de empresa de reinserción. Actualmente acoge a 25 compañeros/as y puede contar con unos diez voluntarios. El equipo lleva a cabo una importante labor de capacitación, acompañamiento socioeducativo e inserción profesional. El acceso a la vivienda también es un eje de trabajo importante, a través de un proyecto de rehabilitación de viviendas independientes para los jóvenes.

En Iasi, donde soy director, hay dos centros residenciales, uno en el campo y otro en la ciudad. Hay 22 compañeras y compañeros distribuidos en los dos centros, acompañados por el equipo de asalariados y unos 15 voluntarios. La actividad invernal de rondas por las calles también es importante: permite ayudar a unas 150 personas sin hogar de la ciudad de Iasi (ayuda alimentaria, administrativa y donaciones de muebles y ropa). Además, varias familias reciben el apoyo de Emaús Iasi, ya sea en términos de vivienda como de ayuda alimentaria.

En total, cerca de 140 personas están involucradas en Emaús en Rumania, como compañeros/as, voluntarios/as, empleados/as o amigos/as. Se están creando o fortaleciendo redes a nivel local y nacional, como la Federación de Organizaciones No Gubernamentales de Servicios Sociales (FONSS) o el Banco de Alimentos de Rumania, por ejemplo.

 

¿Cuáles son los desafíos actuales que enfrentan los grupos en tu país?

Rumania padece actualmente una crisis económica, acentuada por la crisis sanitaria. Hemos recibido poca ayuda pública (sólo una ayuda para el desempleo financiada por el Estado), y hemos sobre todo contado con ayuda privada.

En Iasi, recibimos ayuda financiera de la embajada francesa tras nuestra implicación junto a las personas sin techo durante el estado de emergencia. Además, continuamos nuestra actividad de rondas por las calles gracias a la financiación de un proyecto implementado durante el período de alerta con la FONSS.

Durante la crisis, hemos observado una ola de apoyo y solidaridad: donaciones de particulares, de socios, de empresas, colaboraciones más activas… lo que nos ha permitido transmitir esta solidaridad a otras asociaciones. En particular, recibimos dos camiones de leche, que compartimos con una decena de asociaciones, así como con las poblaciones rurales y marginadas a las que apoyamos. Como el grupo de Iasi tiene pocas reservas financieras, estas diferentes ayudas nos permitieron vernos menos afectados por la crisis.

En Satu Mare, hemos notado una reinserción profesional más complicada debido al desempleo. De hecho, el mercado laboral es más competitivo que antes. Puede que tengamos que repensar las prácticas y el acompañamiento.

Al día de hoy, ninguno de los tres grupos rumanos ha tenido que solicitar apoyo financiero a Emaús Europa o Emaús Internacional en el marco de la crisis sanitaria, lo que es una buena señal. La solidaridad europea, a través del programa de transportes intra-europeos que se reanudó el pasado mes de junio tras un corte de tres meses debido a la crisis sanitaria, ha contribuido en gran medida a la buena salud de nuestros grupos. La actividad económica ha vuelto a la normalidad, pero el futuro sigue siendo incierto. Sin embargo, todos gozamos de buena salud, ¡nadie ha sido infectado por el Covid-19!

 

¿Puedes hablarnos de una acción original o interesante para el futuro, desarrollada por un grupo de Rumania?

Emaús Iasi posee un terreno agrícola, el Belvedere, y cultiva forraje, cereales y verduras desde hace unos 15 años. Deseamos desarrollar la actividad económica (tienda de segunda mano, venta de verduras) y la actividad agrícola (huerta, invernaderos, pequeña ganadería) para crear un tercer lugar de vida y un apoyo pedagógico y de reinserción social (trasformación de frutas y verduras, queso, etc.). A largo plazo, nos gustaría construir allí viviendas independientes.

Durante la crisis, el proyecto del Belvedere nos permitió controlar mejor nuestros gastos de alimentación y diversificar nuestras fuentes de ingresos. Dado que era necesario evitar que demasiada gente trabajara en los espacios cerrados, incluyendo la tienda, los compañeros pudieron trabajar fuera y también formarse para trabajos agrícolas y de construcción.

Ansiamos lograr finalizar este proyecto y poder desarrollar las actividades que deseamos, pero también observamos que las diversas etapas necesarias para su implementación (construcción, acondicionamiento, agricultura) ya constituyen un beneficio en sí mismo para los compañeros, tanto personal como profesionalmente. También esperamos con impaciencia poder reanudar los intercambios con los otros grupos europeos sobre proyectos agrícolas… ¿En la primavera?

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