Sexta cumbre de la Unión africana – Unión Europea
Por una asociación renovada que tenga en cuenta las realidades que viven las sociedades civiles africanas y europeas.
A tan sólo unas horas del cominezo de la sexta cumbre de la Unión africana (UA) – Unión europea, Emaús África, Emaús Europa y Emaús Internacional le piden a aquellos que toman las decisiones en la mesa de negociaciones construir de forma conjunta una asociación realmente ambiciosa, que tenga como prioridades centrales la protección de las poblaciones y sus derechos sociales y medioambientales.
Durante la última cumbre que tuvo lugar en Abidjan en 2017, los dirigentes de la UA y la UE, así como los respectivos Estados miembros consideraron como prioridades futuras de la cooperación entre los dos continentes las perspectivas económicas para la juventud, la paz y la seguridad, o también la movilidad y las migraciones. Cinco años después, el Movimiento Emaús, que trabaja de cerca sobre el terreno con las poblaciones excluidas, no presenta un balance demasiado optimista acerca de los avances en estos ámbitos: “Nunca habíamos distribuido alimentos. Hoy en día, la gente ni siquiera consigue comer. En los grupos Emaús en África, la gente llama a nuestra puerta y nos dice ‘ayudadnos a vivir’. Y no hemos recibido ningún tipo de ayuda de los estados durante la pandemia, lo que ha agravado la situación” explica Patrick Atohoun, presidente de Emaús Internacional y responsable del grupo Emaús Pahou, en Benín.
La cumbre que comienza mañana debe preparar el terreno para una nueva asociación entre Europa y África. Los debates clave de este año: inversiones que permitan hacer frente a los desafíos globales como el cambio climático o la crisis sanitaria, o también la promoción de la estabilidad y la seguridad. Para que las decisiones tomadas al concluir esta cumbre tiendan a la reducción de la pobreza y al cumplimiento de los Objetivos de desarrollo sostenible que los propios estados han fijado, tres prioridades deberían guiar los debates: implicar a la sociedad civil europea y africana en la respuesta frente a los desafíos de los dos continentes, volver a colocar el interés general en el centro de las políticas públicas y construir un modelo económico que esté realmente al servicio de sus poblaciones y de sus Po.
Los retrocesos democráticos y los conflictos que amenazan a numerosos países, tanto en África como en Europa, colocan a las cuestiones de seguridad y consolidación de la paz en el centro de las preocupaciones. En efecto, nos alarmamos debido a la inestabilidad política de numerosos países y a la represión de los movimientos ciudadanos que luchan por los derechos civiles y políticos. En Europa y África, los dirigentes deben trabajar para evitar la cosificación de la democracia, la centralización del poder y la marginación de los ciudadanos y ciudadanas en la elaboración de políticas públicas que les conciernen. Tan sólo estando atentos a las realidades que viven las poblaciones y al colocar el interés general en el centro de las decisiones, se puede restaurar la confianza en las instituciones. Amenazada por el neoliberalismo y el autoritarismo, la democracia es una condición esencial para la estabilidad del continente africano y una forma directa de hacer frente a desafíos como la protección de los ecosistemas o la reducción de las desigualdades.
Al igual que en la democracia, se debe pensar que la economía está al servicio de las personas y del medio ambiente. Instamos a los Estados a recuperar su papel como árbitros en el campo económico: invertir en misiones de servicio público, luchar contra un derecho debilitado y asimétrico que prioriza los intereses económicos de las grandes empresas y promueve su impunidad, y detener la privatización ilimitada de los bienes comunes. Teniendo en cuenta las crisis alimentaria y climática a las que nos enfrentamos, los líderes presentes en la Cumbre deben ponerse de acuerdo sobre “inversiones” que no infrinjan los derechos sociales y ambientales de las poblaciones afectadas. Europa también debe comprometerse a limitar estas exportaciones cuando destruyan las cadenas de producción locales. Tanto en Europa como en África, la cooperación debe permitir reubicar economías.
África es probablemente el continente más expuesto a las consecuencias del cambio climático, mientras que sólo es responsable del 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero[1]. Este daño ambiental agrava las desigualdades económicas y sociales existentes. Pedimos a la Unión Europea y a la Unión Africana que escuchen las voces de las sociedades civiles de ambos continentes en la respuesta global a esta cuestión. William Kodzo Tsolenyanu, presidente de la región de Emaús África, dice: “a través de sus acciones diarias, el Movimiento Emaús demuestra todos los días que hay alternativas creíbles en materia de economía ética y transición agroecológica”. La pandemia de la Covid-19 ha puesto de relieve los estrechos vínculos que existen entre la degradación medioambiental y la aparición de riesgos importantes para la salud. También en esta ocasión, habrá que demostrar ambición y responsabilidad para responder a los desafíos de salud.
Como explica Koné Nantegue, Secretario de Emaús Internacional y jefe del Grupo Emaús Jekawili en Costa de Marfil, “África se enfrenta, con resiliencia, al impacto de la crisis sanitaria en sus economías. La reforma del sistema de salud y la inversión en investigación ya se están convirtiendo en una prioridad”. Ante las desigualdades globales en el derecho a la salud y el acceso a la atención, el Movimiento Emaús se compromete a crear seguros médicos comunitarios para las personas más alejadas del acceso a la atención. Los líderes deben inspirarse en estas alternativas para trabajar por la protección social universal, pero también fortalecer la capacidad de las poblaciones para suscribir la protección. Huelga decir que la liberación de las patentes de las vacunas contra la Covid-19 permitirá lograr este objetivo más rápidamente. La Unión Europea debe dejar de obstaculizar esta solicitud de varios Estados.
Por último, la cuestión de la migración estará en la agenda de esta cumbre. Y tememos, una vez más, que esta sea una oportunidad para que los estados europeos regateen su ayuda para el desarrollo a cambio del control fronterizo desde el continente africano hacia Europa, mientras que al mismo tiempo invierten miles de millones en cerrar fronteras a su llegada al territorio europeo. A este respecto, Emaús África pide a los gobiernos africanos que no sean cómplices de estas políticas.
Nos preocupa una visión de Europa que promueva el estado de derecho en su territorio, pero considere que este estado de derecho acaba en sus fronteras y no concierne a las personas exiliadas en su territorio, como hizo Emmanuel Macron en su discurso de apertura de la Presidencia francesa de la UE. Para Carina Aaltonen, presidenta de Emaús Europa, “las inversiones y los esfuerzos deben financiar la acogida digna y la integración de las personas que desean vivir en Europa como lo hacemos en los grupos de Emaús en Europa en lugar de políticas mortales de cierre de fronteras“. Recordamos que garantizar las rutas legales de inmigración a Europa es la forma más segura de combatir las redes criminales que se han desarrollado a medida que se ha reducido el número de visados concedidos para entrar en Europa. Las futuras políticas de cooperación deben basarse realmente en el respeto de los derechos humanos y el diálogo con la sociedad civil para promover una gobernanza de la migración completamente diferente.
Patrick Atohoun, Presidente de Emaús Internacional
Carina Aaltonen, Presidenta de Emaús Europa
William Kodzo Tsolenyanu, Presidente de Emaús África
[1] https://www.opensocietyfoundations.org/voices/sorganiser-pour-la-justice-climatique-en-afrique-subsaharienne/fr