Emaús Europa

Bancos y pobreza: ¿Cómo evitar el círculo vicioso?

Emaús Francia, junto con otras organizaciones francesas, acaba de publicar un manifiesto por una inclusión financiera universal.

En septiembre de 2021, la inflación observada desde ese mismo verano mermaba el poder adquisitivo y hacía temer una degradación de la situación financiera de los hogares, ya de por sí debilitada por la crisis sanitaria. Impulsado por Emaús Francia, un colectivo interasociativo ha redactado 16 recomendaciones para lograr una mejor inclusión financiera y un mejor acceso a los medios de pago y servicios bancarios indispensables, haciendo que participen las personas acompañadas.

Nos reencontramos con Thibaut Largeron, coordinador del informe para Emaús, con el fin de que nos hable de los desafíos y propuestas sobre las siguientes preguntas.

 ¿Por qué decidió abordar esta cuestión en Francia?

En Francia, el Movimiento Emaús es un actor pionero en la inclusión financiera. En 1967, a través de las SOS Familles Emmaüs (SOS FE), inventamos el «microcrédito personal acompañado», un dispositivo recuperado por los gobiernos en los 2000. Nuestra fortaleza: proponer anticipos de fondos propios de Emaús y fuera del sistema bancario clásico, a veces destinados a personas con una capacidad de reembolso nula, pero para los que financiar un proyecto (la compra de un vehículo, por ejemplo) supone acceder a un trabajo.

Igualmente, las cuestiones de presupuesto y deudas son parte esencial de la actividad de SOS FE: los voluntarios proponen, desde su creación, un acompañamiento y consejos presupuestarios para los hogares, equivalentes a los Point Conseil Budget (en español Punto de consejo sobre presupuesto), dispositivo implementado por el Estado en 2018.

De forma más global, las cuestiones de finanza ética suponen una de las prioridades del Movimiento, transversal a todos los públicos que acogemos, y están presentes a nivel internacional: el acceso a los servicios bancarios para las personas más vulnerables, al crédito, al ahorro… Hoy en día, la financiarización de nuestras sociedades y el sistema liberal capitalista hacen que el modelo económico de los bancos se base en la explotación de los más vulnerables: aquellas personas que perciben pequeños ingresos se ven sobrecargados por los gastos derivados de incidentes bancarios, y aquellos en situación de exclusión digital están hasta el cuello de comisiones, por servicios que son gratuitos en línea… ¡Por no hablar de las inversiones de los bancos en energías fósiles!

El Movimiento Emaús en Francia, a través de la organización nacional, también es miembro del Observatorio de inclusión bancaria, presidido por el director del Banco de Francia, bajo la dirección del ministerio de Finanzas. El Observatorio reúne a los representantes de las partes interesadas (organismos públicos, asociaciones, bancos). Es el órgano principal de medida y promoción de la inclusión financiera, lo cual legitima nuestro discurso y, sobre todo, ¡se nos escucha!

Cuando hablamos de inclusión financiera, ¿a qué nos referimos?

Según el Banco Mundial, la inclusión financiera se refiere al acceso que tienen las personas y las empresas a diversos productos y servicios financieros útiles y asequibles que atienden sus necesidades —transacciones, pagos, ahorro, crédito y seguros […]. Por esa razón, el papel de los bancos es clave en este proceso; no limitando la inclusión financiera al acceso a una cuenta, sino más bien a un manejo más global de las herramientas bancarias: ahorro, acceso al crédito, funcionamiento de la cuenta, gastos de gestión de la cuenta o derivados de incidentes, etc.

El Manifiesto por una inclusión financiera universal reúne todos estos temas de diversa índole. Nuestro deseo es permitir que todo el mundo tenga acceso a los medios de pago, como, por ejemplo, las compañeras y compañeros sin permiso de residencia o incluso los demandantes de asilo que, en Francia, no tienen acceso a dinero en efectivo. Queremos, como otros muchos grupos Emaús de todo el mundo, favorecer el acceso al crédito para las personas vulnerables, para que así puedan conseguir un empleo y recuperar su autonomía. Actuamos para prevenir y evitar el sobrendeudamiento, por medio de talleres de concienciación sobre el presupuesto, los cuales queremos seguir ampliando, sobre todo con públicos jóvenes o expresidiarios.

En definitiva, exigimos una reforma de las tasas bancarias para que sean más justas: ¿Cómo podemos tolerar que los gastos derivados de incidentes generen en Francia más 6,7 mil millones de euros para los bancos, con un margen de rentabilidad medio del 86 %, siendo los más pobres quienes cargan con ello sobre sus espaldas? Todos los días, durante sus acompañamientos, las SOS Familles Emmaüs ven como dichos gastos alimentan la espiral del sobrendeudamiento. Finalmente, la última parte del Manifiesto ofrece un acercamiento a la actualidad de la crisis en Ucrania.

El concepto de las «SOS Familles Emmaüs» solo existe en Francia. ¿Se puede replicar este modelo?

En efecto, en Francia contamos actualmente con 62 asociaciones «SOS Familles Emmaüs». Compuestas solamente por voluntarios, acogen y escuchan a todas las personas con dificultades financieras. Tras analizar su situación, las SOS FE les proponen soluciones para reequilibrar su presupuesto, evitar el endeudamiento y escapar de las dificultades. Las SOS FE proponen una solución a medida, individualizada, que se corresponda lo mejor posible a la situación de cada persona; ¡Es como hacer encaje de bolillos! Por ejemplo, pueden proponer anticipos financieros reembolsables, financiados por la actividad de una comunidad o comité de amigos en el territorio; ¡una auténtica red de solidaridad emausiana!

Estas temáticas sobre el presupuesto y finales de mes complicados conciernen a todos los europeos: la precarización del empleo, las prestaciones sociales no revalorizadas, el coste del alojamiento y de la movilidad… todo ello contribuye a llevar a los hogares al endeudamiento. Los costes aumentan – con una media del 10,4 % de inflación en Europa (10,5 % en Reino Unido, 8,6 % en Alemania, por ejemplo) –, las deudas se acumulan y numerosos hogares sufren grandes dificultades financieras.

Sin contar que, desde hace años, la parte de «gastos obligatorios» o «precomprometidos» (aquellos que deben los hogares por contrato o por un pago a plazos) no cesan de aumentar. La actividad de SOS FE recuerda a otros contextos locales y podría adaptarse a ellos fácilmente. Además, fuera de Europa, otros grupos proponen adelantos financieros para una actividad profesional (si esta es diferente, las problemáticas de acompañamiento pueden hacerse eco).

¿La legislación es la misma en toda Europa?

En Francia, tenemos la suerte de contar con numerosos dispositivos para proteger a las personas con una situación financiera delicada. Lo cierto es que, en los últimos 10 años, gracias al esfuerzo de las asociaciones que luchan contra la pobreza y por la defensa de los consumidores, el marco legal se ha mejorado o completado. Numerosas leyes que posteriormente fueron decretos han puesto en marcha una limitación de los gastos derivados de incidentes bancarios para las personas más «frágiles». En 2006, el Estado creó un dispositivo de microcrédito personal acompañado; este permite a las personas que no tienen acceso al clásico crédito financiar sus gastos para encontrar un trabajo. El proceso para el derecho a tener una cuenta (sobre todo en el caso de las personas sin permiso de residencia) se ha simplificado, aunque aún hay que mejorarlo. Desde 2016, Francia ha adoptado una estrategia nacional de educación económica, presupuestaria y financiera (EDUCIF). Aun así, ¡queda mucho por hacer y mejorar!

Lo que se hace en Francia podría servir de inspiración a otros países europeos, así como nosotros nos inspiramos de las iniciativas belgas de «servicio bancario universal» y «servicio bancario de base», también presente en Portugal (Cuenta Serviços Mínimos Bancários). A nivel europeo, Emaús Francia ha trabajado en la implementación de la nueva directiva sobre el crédito de consumo, que la Comisión Europea está finalizando.

¿Quedan aún cosas por hacer a nivel europeo?

¡Por supuesto! Como comentaba antes, la primera etapa podría contar con intercambios de prácticas para compartir nuestras problemáticas e inspirarnos los unos de los otros. ¡Y esto también podría ser beneficioso!

Asimismo, desde hace un año, Emaús Francia participa en el grupo de trabajo europeo «Financial inclusión Europe». Esta red, compuesta de expertos y universitarios, lucha contra la exclusión financiera, junto a las instituciones europeas, concienciándolas, pero también dándole la palabra a las personas implicadas. La Unión Europea podría ser el nivel correcto para cambiar las cosas. La nueva directiva sobre el crédito en este momento va por buen camino, el de proteger e informar a los consumidores.

 

Fuentes

Manifiesto por una inclusión financiera universal

Análisis comparativo de las cuentas bancarias de bases en Europa (Travaux de Financite, Anne Fily)

Actualidad Francia

Emaús Mundo: ¡Un espacio de venta de pluriactividad más ecológica y abierta!

Espacio esencial para Emaús, la rehabilitación de una sala de venta puede ser la oportunidad de desarrollar numerosos proyectos. Tuvimos un encuentro con Joël de Emaús Mundo y Nicolas de los Bâtisseurs d’instants. Comparten con nosotros la aventura de la creación de un nuevo espacio de venta alsaciano teniendo en mente el hecho de hacer frente a los desafíos del mundo actual.

Acabáis de abrir una nueva sala de venta, pero es mucho más que eso, ¿no?

Con el fin de responder de forma sostenible a los desafíos del mañana, Emaús Mundo ha elegido crear un nuevo espacio en Eurométropole, en el norte de Estrasburgo con vistas a ampliar sus actividades y sus misiones, pero también contar con una nueva herramienta de trabajo para responder a los retos de nuestra sociedad de sobreconsumo que fabrica, de forma paralela, bienes de consumo y de exclusión.

Para nosotros, este nuevo espacio debía tener en cuenta los múltiples retos de la transición ecológica y solidaria. Muy (demasiado) estrechos en nuestro espacio histórico (1 300m2), era ya crucial encontrar uno nuevo para poder agilizar y simplificar nuestra forma de trabajar, pero también poder desarrollar nuestros nuevos proyectos en fase, teniendo en cuenta las diferentes problemáticas de la ya mencionada transición. Nuestro centro de reciclaje cooperativo y solidario acaba de abrir sus puertas (después de cuatro años de trabajo) en Bischheim; con un espacio de 4 000m2 (de 1ha) de los cuales 1 900m2 están dedicados a la venta; talleres (carpintería, electrónica, FabLab, costura), una sala de conferencias y un restaurante.

Para el diseño de la sala de venta, se nos ocurrió llamar a un escenógrafo para reflexionar sobre la distribución de los espacios, la circulación de clientela y el atractivo del lugar, centrándose en el aspecto lúdico y estético de las diferentes tiendas. La idea era no reproducir cosas que ya existieran y darle prioridad al uso de materiales provenientes del reempleo para la fabricación.

Este nuevo espacio es más grande, ¿cuáles son vuestras ambiciones en cuanto al desarrollo social en Bischheim?

El cambio de escala de Emaús Mundo permitirá responder al doble desafío ecológico y social, pero también económico: haber duplicado la superficie de la tienda, el número de trabajadores/as en inserción en nuestra actividad tradicional y la creación de nuevos puestos (objetivo a 5 años: 150 trabajadores/as acogidos/as durante un año, frente a los cincuenta que tenemos actualmente), aumento de nuestra capacidad de recolección, puesto que las solicitudes son ya cada vez más numerosas, tanto por parte de particulares como de profesionales, mejor capacidad de reciclaje y objetivo de alcanzar un 50% de reempleo (frente al 35% actual) y reducir la parte de desechos finales.

La organización de la preparación para el reempleo (de la cual la mayor parte de los donativos llega a la sala de venta) se ha modificado de forma progresiva con el objetivo de desarrollar nuevas competencias y aumentar la parte de reempleo/reparto/reutilización. En efecto, los «equipos sectoriales» se están desarrollando con un enmarcado técnico especializado y un equipo de trabajadores en inserción. Estos equipos «especializados sectoriales» se encargarán de los objetos tras el prerreciclaje hasta la venta, pasando por la reparación, la reutilización o el reciclaje.

Concretamente, hemos pedido a cada trabajador/a que se posicionara en un sector (textil, muebles, vajilla, libros, etc..)  y que siguiera los objetos desde su llegada, hasta el espacio de venta. De esta forma, cada persona puede pasar del reciclaje a la venta, pasando por la revalorización y la reparación, así como descubrir los diferentes aspectos del recorrido de los objetos. La idea era que los/as trabajadores/as de Emaús Mundo ganarán en competencia y conocimiento.

¿Cómo habéis concebido la escenografía y la gestión, sobre todo para vuestro espacio de restauración?

Nuestra reflexión ha versado sobre diferentes aspectos. Sobre el aspecto práctico: cuáles son las necesidades en volumen de venta por tienda en comparación con el pasado; cuáles son las necesidades según los tipos de almacenaje; cómo circula el público entre y en los espacios.

Sobre el aspecto funcional: la elección del emplazamiento de la tienda según el transporte entre el espacio de almacenamiento específico y su espacio de venta. ¿Qué apoyos de venta específicos?

Sobre el aspecto visual y estético: cada espacio tiene su propio universo. Los materiales constituyen los diferentes muros entre cada lugar. La tipografía de la señalización de cada tienda tiene una identidad propia y es visible desde la entrada del espacio de venta. El reparto del espacio: una idea de pueblo. Llegamos a un espacio abierto, como si de una plaza pública se tratara (el espacio de restauración) y desde ahí, empiezan las calles que nos llevan a las tiendas. Hemos optado por una estética sencilla para que el ojo pueda fijarse en las superficies de los muros que permiten, igualmente, colocar exposiciones de forma neutra. Hemos utilizado las puertas interiores para materializar algunas tiendas, chapas onduladas de obra para el puesto dedicado a la electrónica, así como marcos de bicicletas para confeccionar los arcos (pórticos) que señalizan el espacio de caja.

Integrado en el espacio de venta, nuestro restaurante solidario tiene como objetivo principal el acceso para todos a una alimentación de calidad, saludable y equilibrada. Tal y como lo entendemos, este espacio es un lugar de vida y socialización, que sea al mismo tiempo simple, acogedor y abierto a todo el mundo, donde les servimos comidas a precio reducido. Se trata, en primera instancia, de una forma de restauración de convivialidad y no muy cara por excelencia, donde las personas que viven en una situación precaria y los trabajadores pueden estar en contacto y construir lazos durante el tiempo del desayuno o de un café (el restaurante está abierto de 11:00 a 17:00). Ha sido concebido como un apoyo de inserción y la formación de personas en oficios de cocina y restauración. Creamos el equivalente a 4,5 EJC en este sentido.

La ecología forma parte del corazón de nuestro movimiento. ¿Cómo habéis concebido este nuevo espacio para hacerlo más ecológico? 

Primer reflejo: trabajar con materiales reciclados y de fácil acceso (puertas, bicicletas).
Segundo reflejo: trabajar con madera local. Todo con el fin de lograr una estética simple, lúdica, que también será fácilmente modulable, desmontable y reutilizable.

Además de todo ello, toda la iluminación del espacio está compuesta por LED (tanto el interior como el exterior) y hemos insistido bastante en el aislamiento del edificio; finalmente, la calefacción funciona gracias a una bomba de calor que utiliza geotermia a muy baja energía. Ya no utilizamos energías fósiles.

Por otro lado, desde 2019, Emaús Mundo lleva a cabo acciones sostenibles y regulares de concienciación sobre el medio ambiente a través de muchas personas: los/as trabajadores/as y voluntarios de Emaús Mundo, el público joven y, de forma general, el conjunto de la ciudadanía.
La asociación decidió implementar un conjunto de acciones teóricas, prácticas y creativas (por medio de juegos, sobre todo), con el fin de concienciar a todos los públicos sobre la prevención de producción de desechos, el consumo, la ecociudadanía, el desperdicio de alimentos y los diferentes problemas de salud medioambiental.

Para saber más: https://emmausmundo.com

Actualidad Economía circular y solidaria / Ecología Francia
Emaús Mundo

Crédito - Emaús Mundo

Zbigniew Drazkowski de Emaús Lublin: Polonia se encuentra en un momento histórico

Nuestro último Consejo regional tuvo lugar en Polonia. Para esta ocasión, pedimos a nuestro anfitrión Zbigniew Drazkow, fundador del grupo de Lublin, que nos diera su punto de vista sobre el contexto político que Polonia vive desde hace varios años, bajo un régimen de extrema derecha. Compartimos aquí su intervención. Es un artículo un tanto largo, pero que nos hace cuestionarnos nuestra historia europea más allá de la de Polonia.

«La realidad actual nace de un largo proceso, (así como las revoluciones son el resultado de un largo proceso también), es necesario que exista una situación revolucionaria (Marx). Desde hace 7 años, vivimos un hito en Polonia, que podemos calificar, sin lugar a duda, de giro histórico.

25 años después del colapso del sistema comunista, después de años de desarrollo económico continuado, vivimos un punto de inflexión. Tras el reinado de partidos centroliberales, el partido nacionalista, de extrema derecha, llegó al poder en 2015. Este partido ganó las elecciones con un eslogan electoral que rezaba “¡Polonia en la ruina!” ¿Cómo es posible? Polonia, que es un ejemplo de gran éxito económico; Polonia, que se ha convertido en líder de la transformación en los países de Europa del este; Polonia, que cuenta con una red de carreteras nueva y moderna, nuevas ciudades, nuevos aeropuertos, nuevos estadios, nuevas casas, nuevas oportunidades; ¡y los polacos que creían en el eslogan “Polonia en la ruina” describían bien la situación! Esto parece irracional.

Tras el colapso del sistema comunista, tras la caída del muro de Berlín, el primer gobierno polaco adoptó un programa político y económico liberal. Unos meses antes, la oposición del antiguo régimen aún debatía sobre las pistas para el desarrollo del país. La tercera vía (aquella entre comunismo y capitalismo…). No obstante, fue el primer ministro de finanzas, el profesor Leszek Balcerowic, un liberal, quien se convirtió en la cara de los cambios económicos y sociales. Recuero bien que el 1 de enero de 1990, nosotros, los polacos, nos despertamos en una nueva realidad chocante.

Hace 22 años, participé en una reunión a puerta cerrada, sin medios de comunicación, con Lech Wałęsa, Tadeusz Mazowiecki (el primer Primer ministro), Leszek Balcerowicz y el profesor de Harvard Jeffrey Sachs, consejero económico del gobierno, promotor de cambios económicos radicales y shocks. Durante dicha reunión, todo el mundo se acordó del período inicial de transformación. También hablaron de sus errores, trataron de explicarlos, de justificarse (tan sólo Balcerowicz dijo que no había habido error, que él no cambiaría nada, quedaba rehacer).

¿Qué pasó durante los años 90 y posteriores, por qué los polacos llegaron a negar su propia historia?

Creo que un buen ejemplo es el del cierre de granjas agrícolas del Estado (las Kolkhoses) por una sola decisión, una ley que se votó en 1992. En un solo día, de repente, más de 300 000 personas, familias y niños, perdieron su trabajo y sus ingresos, en nombre de las leyes liberales, en nombre de la liberación del potencial económico, de la creación de nuevas oportunidades, etc.

¿Qué oportunidades podrían tener las personas cuyas vidas y las de sus familias estaban ligadas a las Kolkhoses desde hacía 50 años? ¿Estas familias, perdidas normalmente en los campos, a menudo en las zonas más alejadas, sin una educación decente, ni profesión ni competencias “útiles”? Solamente podían recolectar champiñones y arándanos en los bosques durante 3-4 meses al año…

Tras 25 años de transformación, otro liberal, el profesor Marcin Król resumió la situación en un artículo que se hizo muy famoso, titulado “Éramos estúpidos”. Se trataba de una confesión amarga pero sincera de un hombre excepcional.

La caída del gobierno de la Plataforma Cívica (el partido centroliberal y su primer ministro Donald Tusk, en 2015), así como la victoria de Jarosław Kaczyński y su partido nacionalista “Derecho y justicia” (el PiS), llegaron justo después de la decisión del gobierno liberal de que el colegio fuera obligatorio para los niños a partir de 6 años, y de aumentar la edad de jubilación, sin discusión pública.

No escucharon a los polacos, mientras que una joven pareja, los Elbanowski, había recogido 1 millón de firmas en el marco de una moción civil para organizar un referéndum sobre la enseñanza obligatoria para los niños de 6 años (nuestra Constitución exige un mínimo de 500 000 firmas). Recuerdo lo que pensé cuando los medios de comunicación anunciaron que el gobierno había tirado un millón de firmas a la basura: ¡Pagarán por esto!

En octubre de 2015, se celebraron las elecciones parlamentarias y el PiS ganó, sin obtener la mayoría de los votos.

¡Polonia triunfó en el plano económico, pero son los más pobres quienes han pagado el precio! Quizás el eslogan “Polonia en la ruina” se entiende mejor si lo aplicamos a la descripción de la vida social…

Mientras que el PiS ganó las elecciones parlamentarias justo después de la victoria de un presidente conservador (Andrzej Duda) unos meses antes, en mayo de 2015, Kaczyński decidió que tenía derecho a cambiar todo, que su partido era soberano, que no iba a respetar a la oposición, ni siquiera la Constitución. A decir verdad, aplicaron el concepto de la “democracia soberana” de Putin.  Es una buena idea para introducir un poder autoritario…

Nombró al fiscal general en ministro de Justicia.

Comenzó una guerra contra el Tribunal Constitucional y contra la Constitución. Incorporó a “sus” jueces en el seno del Tribunal Constitucional, cuya tarea es verificar la conformidad de los proyectos de ley con la Constitución.

Inició una guerra contra otras Cámaras: el Tribunal supremo, el Registro general; creó nuevos órganos, por ejemplo, el tribunal disciplinario (para marginalizar a los jueces independientes del arbitraje).

El entorno de los jueces, en su gran mayoría, trabajó con tesón para proteger la independencia de la justicia. Desafortunadamente, el Tribunal constitucional depende ahora por completo del PiS y viola la Constitución sin pudor.

Para que estos cambios sean posibles sin demasiada protesta, hay que poseer los medios de comunicación… Todos los medios públicos, nacionales y regionales, están en manos del PiS. Todos los programas de la televisión pública, de la radio e incluso de los medios regionales, incluyendo la prensa, están en manos del PiS. ¿Cómo es posible? Basta con colocar a los revolucionarios y a los arribistas ordinarios y cínicos en el Consejo de medios de comunicación y en los consejos de administración de diferentes sociedades de medios. Basta con nombrar al presidente de la mayor empresa de combustible polaco, ORLEN: esta empresa compró 600 títulos de prensa regionales hace unos meses. Se llevaron a cabo grandes purgas de personal. La televisión pública, cuyo público suele ser gente sin una gran educación, de medios rurales y pueblos pequeños, evoca una realidad totalmente alternativa… Incluso hoy, durante la guerra ruso-ucraniana, los medios gubernamentales y los políticos del PiS consideran a la Unión Europea como el gran enemigo, ¡más que Rusia!

No se inhibe la mentira, no tiene límites, es omnipresente; el engaño se ha convertido en un instrumento y un método para los políticos del PiS y los periodistas ligados al poder.

Lo que sucede en Polonia es lo apropiación del Estado por parte de un partido; sólo este es el partido polaco, al resto se los considera al servicio de los enemigos de Polonia.

Donald Tusk, antiguo Primer ministro liberal demócrata y antiguo presidente del Consejo europeo fue presentado todos los días en los medios como un traidor a Polonia y un siervo de Bruselas y Berlín. Sólo a los votantes del PiS se les considera verdaderos polacos (el resto son los “polacos de segunda categoría, de segunda clase”, como dijo públicamente Kaczynski.

Se llevaron a cabo cambios revolucionarios bajo eslóganes de la grandeza y el esplendor de nuestra patria, de la soberanía, de la independencia y de la defensa de la religión, de los valores tradicionales, de los roles tradicionales de hombres y mujeres, etc. Se atacó a las minorías, sobre todo a la minoría LGTB, así como a las personas refugiadas de África, de Oriente, de Asia, etc. Sólo son bienvenidos los ucranianos.

Por este motivo, la Iglesia católica en Polonia y el clero están muy implicados en apoyar al PiS.

¡Porque un verdadero polaco es católico! Esta doble y exclusiva identidad existe desde el siglo XVIII. Desde hace sólo un año, algunos obispos comienzan a distanciarse de la implicación directa en la vida política, pero muy tímidamente. La mezcla de la Iglesia y la política hace que las divisiones sociales sean muy profundas, puesto que afectan, no sólo a la esfera de la participación política, sino también a la de la fe religiosa; suponen divisiones de civilización.

El comienzo de la revolución en Polonia fue un shock y sigue siéndolo hoy día. No obstante, ha sido cada vez más evidente que no se trataba solamente de un fenómeno polaco. Los americanos eligieron a Trump, los ingleses votaron a favor del Brexit. En Francia, tienen a Marine le Pen, los holandeses tienen el Partido de la Libertad con Geert Wilders, los italianos a Matteo Salvini y ahora a Giorgia Meloni. Los húngaros han elegido a Viktor Orban incluso antes…

¿Cuáles son las razones que subyacen bajo estas situaciones que se dan en las sociedades?

Un elemento común e importante de esta situación es el MIEDO, provocado por los rápidos cambios sociales (la caída del muro de Berlín, el colapso del comunismo en Rusia), los cambios económicos (la globalización, liberación de las mujeres, reconocimiento de los derechos de las minorías, apertura a las cuestiones de género, etc.).

Una gran parte de la población, pobre, poco escolarizada, no se ha beneficiado de los cambios, sino que es víctima, ya sea porque directamente es una víctima desde el punto de vista económico, o porque no los comprenden. Por ello, busca soluciones simples y un poder fuerte; un poder capaz de enfrentarse a todos los problemas y de ayudar a los pobres a encontrar el camino.

La segunda gran causa de los problemas actuales se encuentra en la ideología del liberalismo y del gran capital, que aprovechó el vacío tras el fin del mundo bipolar, y que lo utilizó para sus propios intereses. Fue la gran estafa: los trabajadores de las Kolkhoses fueron engañados; nuestras sociedades fueron engañadas; los países pobres fueron engañados. Jamás estuvo la riqueza repartida de forma tan injusta en tan poco tiempo.

Hoy día es imposible agotar el tema de las causas de la situación actual, pero (y esto no os cogerá de nuevas) la hemos creado nosotros mismos. En Polonia, decimos que hemos metido “la mano en la mierda/el orinal”.»

Zbigniew Drazkowski

Actualidad Lucha contra la miseria / Solidaridad Polonia
Zbigniew, durante el Consejo regional de Emaús Europa. Lublin, 20/10/2022

Zbigniew, durante el Consejo regional de Emaús Europa. Lublin, 20/10/2022 Crédito - Emaús Europa

Emaús Lublin, la solidaridad continúa en la frontera con Ucrania

En Polonia, el grupo situado cerca de la frontera ucraniana está movilizado desde el comienzo del conflicto. Zbigniew, fundador de Emaús Lublin, explica cómo evoluciona la situación a medida que el conflicto se va enquistando. 

Hola Zbigniew. ¿Puedes ponernos al día sobre la situación actual? ¿Cuáles son las noticias en Lublin y en la frontera ucraniana?

La guerra continúa. Los combates siguen y se concentran en el este y el sur de Ucrania, pero los disparos de misiles también alcanzan la capital, Kiev. Nadie en Ucrania puede sentirse seguro.

En Polonia, la situación ha cambiado desde el comienzo del conflicto, y las iniciativas para ayudar a los refugiados ya no son espontáneas. Es el resultado de una mejor organización de los servicios públicos. Al principio del conflicto, asistimos a una extraordinaria oleada de solidaridad por parte de la sociedad polaca: una ayuda espontánea y masiva de los/las ciudadanos/as y las ONG, cuyo valor se estima en más de 10.000 millones de euros. Gracias a este movimiento, más de 5,5 millones de personas procedentes de Ucrania fueron acogidas por casi 500.000 polacos, sin ninguna ayuda del Estado. La comunidad acogió a los/las primeros/as refugiados/as el 26 de febrero, dos días después del inicio del conflicto.

Al cabo de mes y medio, la situación se estabilizó gracias a la organización de los poderes públicos. En la actualidad, los/las ucranianos/as acogidos/as tienen acceso al empleo, la sanidad y la educación, y reciben una ayuda económica de hasta 100 euros al mes por persona. Más de la mitad de las personas alojadas trabajan. Las familias de acogida recibieron del Estado unos 8 euros diarios por persona. Esta ayuda -que pronto ya no se distribuirá- permitió gestionar la acogida de las personas refugiadas durante los primeros meses.

Hoy en día, los puntos de acogida gestionados por las autoridades locales han tomado el relevo de la acogida por parte de las familias. Además, desde el mes de mayo y la concentración de los combates en el este de Ucrania, cierta cantidad de personas refugiadas regresan al país.

El 29 de agosto, 30.000 personas salieron de Polonia hacia Ucrania, y 25.000 llegaron. El flujo de personas refugiadas está ahora regulado, y la frontera con Ucrania ya no está sobrecargada.

¿Cuál es el sentimiento general en Polonia frente a la prolongación de la guerra? ¿Y dentro de Emaús? ¿Sientes una evolución en comparación con el inicio del conflicto?

El único cambio es la mejor organización de la acogida. El apoyo a las personas refugiadas no ha disminuido, ni por parte de la clase política ni de la sociedad civil. No hay discursos nacionalistas o de retraimiento, incluso después de seis meses de conflicto. La situación de pleno empleo en Polonia puede facilitar esta acogida, pero hay que aplaudir esta forma de unidad nacional. ¡La acogida es incondicional, como en Emaús!

Quiero subrayar que esta situación -esta acogida- es realmente excepcional, y tendrá un efecto duradero en las relaciones entre Polonia y Ucrania, que hasta ahora habían sido tensas a causa de las exacciones cometidas durante la Segunda Guerra Mundial.

En lo que respecta a nuestra comunidad, fueron los compañeros y compañeras quienes tomaron la decisión obvia de acoger a las personas refugiadas en sus casas, a pesar de los sacrificios que ello podía representar: una carga de trabajo mucho mayor, liberar espacio para duplicar nuestra capacidad de acogida… Nuestros compañeros Emaús y toda la sociedad civil acogieron a las personas refugiadas con los brazos abiertos.

¿Cuál es la situación de las personas refugiadas no ucranianas?

Como en otros países europeos, desgraciadamente vimos un trato diferente para los residentes extranjeros que también huían de la guerra, al principio, algunos incluso fueron encerrados en campos. Hoy tienen la misma acogida que los ucranianos y las mismas ayudas estatales financiadas por Europa, pero desgraciadamente todavía no tienen el mismo estatuto. También es dramático comparar la acogida de los ucranianos con la de las personas refugiadas de África y de Oriente Próximo y Medio, que cruzaron la frontera entre Bielorrusia y Polonia a partir de agosto de 2021. Estos exiliados fueron utilizados por el presidente bielorruso para desestabilizar a Polonia y a Europa. Y funcionó. Esta crisis provocó una reacción escandalosa del gobierno polaco: la práctica de la devolución, prohibida por la Convención de Ginebra; la introducción del estado de emergencia en las zonas fronterizas; la construcción de un muro a lo largo de la frontera… Decenas de activistas y personalidades (actores, artistas) que ayudan a estas personas son tratados como delincuentes o contrabandistas. Si el número de llegadas a través de Bielorrusia ha disminuido hoy en día, todavía hay familias encerradas en campos.

Estáis movilizados desde el inicio del conflicto, ¿puedes explicarnos las acciones de solidaridad que estáis llevando a cabo sobre el terreno?

Dos días después del inicio del conflicto, tuvimos una reunión con toda la comunidad: ¿cómo podemos involucrarnos para ayudar? Así que tomamos varias decisiones: crear plazas para refugiados en cada una de las 4 casas de la comunidad (25 plazas creadas); apoyar y acompañar a 30 familias de acogida polacas distribuyendo alimentos, ropa de hogar, muebles y productos de higiene; y facilitar el traslado de personas refugiadas a otros países europeos, en Francia y Bélgica.

Y, por supuesto, nos hemos convertido en una plataforma de almacenamiento y envío de material humanitario a través de los Emaús de toda Europa. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a todos los grupos Emaús que nos han ayudado en esta misión. En dos meses, enviamos cinco camiones a Ucrania y al grupo Emaús de Oselya, así como furgonetas a otras comunidades ucranianas y a Polonia. Las personas refugiadas acogidas nos ayudaron a clasificar y cargar estos camiones. Participaron en el esfuerzo colectivo y se integraron muy bien en nuestra comunidad.

Hoy sólo acogemos a dos mujeres y cuatro niños. La mayoría de las personas exiliadas han regresado a Ucrania y hemos mantenido el contacto con algunas de ellas. En este caso también, los grupos Emaús nos han permitido, con sus donaciones al fondo Ucrania, financiar la acogida digna de estas familias durante varios meses.

¿Hay algo más que quiera añadir?

Me gustaría subrayar que esta guerra nos concierne a todos: está dirigida contra nosotros, y contra la civilización europea. El imperialismo ruso nos está arrollando, y no se detendrá hasta que haya demostrado y establecido su posición hegemónica en el mundo. Por ello, nuestra ayuda a las personas procedentes de Ucrania es un asunto de primera importancia. Tuvimos que actuar, y todavía tenemos que hacerlo.

Actualidad Lucha contra la miseria / Solidaridad Polonia
Familias ucranianas acogidas por la Comunidad de Lublin.

© Emaùs Lublin