Emaús Europa

Emaús Lublin, la solidaridad continúa en la frontera con Ucrania

En Polonia, el grupo situado cerca de la frontera ucraniana está movilizado desde el comienzo del conflicto. Zbigniew, fundador de Emaús Lublin, explica cómo evoluciona la situación a medida que el conflicto se va enquistando. 

Hola Zbigniew. ¿Puedes ponernos al día sobre la situación actual? ¿Cuáles son las noticias en Lublin y en la frontera ucraniana?

La guerra continúa. Los combates siguen y se concentran en el este y el sur de Ucrania, pero los disparos de misiles también alcanzan la capital, Kiev. Nadie en Ucrania puede sentirse seguro.

En Polonia, la situación ha cambiado desde el comienzo del conflicto, y las iniciativas para ayudar a los refugiados ya no son espontáneas. Es el resultado de una mejor organización de los servicios públicos. Al principio del conflicto, asistimos a una extraordinaria oleada de solidaridad por parte de la sociedad polaca: una ayuda espontánea y masiva de los/las ciudadanos/as y las ONG, cuyo valor se estima en más de 10.000 millones de euros. Gracias a este movimiento, más de 5,5 millones de personas procedentes de Ucrania fueron acogidas por casi 500.000 polacos, sin ninguna ayuda del Estado. La comunidad acogió a los/las primeros/as refugiados/as el 26 de febrero, dos días después del inicio del conflicto.

Al cabo de mes y medio, la situación se estabilizó gracias a la organización de los poderes públicos. En la actualidad, los/las ucranianos/as acogidos/as tienen acceso al empleo, la sanidad y la educación, y reciben una ayuda económica de hasta 100 euros al mes por persona. Más de la mitad de las personas alojadas trabajan. Las familias de acogida recibieron del Estado unos 8 euros diarios por persona. Esta ayuda -que pronto ya no se distribuirá- permitió gestionar la acogida de las personas refugiadas durante los primeros meses.

Hoy en día, los puntos de acogida gestionados por las autoridades locales han tomado el relevo de la acogida por parte de las familias. Además, desde el mes de mayo y la concentración de los combates en el este de Ucrania, cierta cantidad de personas refugiadas regresan al país.

El 29 de agosto, 30.000 personas salieron de Polonia hacia Ucrania, y 25.000 llegaron. El flujo de personas refugiadas está ahora regulado, y la frontera con Ucrania ya no está sobrecargada.

¿Cuál es el sentimiento general en Polonia frente a la prolongación de la guerra? ¿Y dentro de Emaús? ¿Sientes una evolución en comparación con el inicio del conflicto?

El único cambio es la mejor organización de la acogida. El apoyo a las personas refugiadas no ha disminuido, ni por parte de la clase política ni de la sociedad civil. No hay discursos nacionalistas o de retraimiento, incluso después de seis meses de conflicto. La situación de pleno empleo en Polonia puede facilitar esta acogida, pero hay que aplaudir esta forma de unidad nacional. ¡La acogida es incondicional, como en Emaús!

Quiero subrayar que esta situación -esta acogida- es realmente excepcional, y tendrá un efecto duradero en las relaciones entre Polonia y Ucrania, que hasta ahora habían sido tensas a causa de las exacciones cometidas durante la Segunda Guerra Mundial.

En lo que respecta a nuestra comunidad, fueron los compañeros y compañeras quienes tomaron la decisión obvia de acoger a las personas refugiadas en sus casas, a pesar de los sacrificios que ello podía representar: una carga de trabajo mucho mayor, liberar espacio para duplicar nuestra capacidad de acogida… Nuestros compañeros Emaús y toda la sociedad civil acogieron a las personas refugiadas con los brazos abiertos.

¿Cuál es la situación de las personas refugiadas no ucranianas?

Como en otros países europeos, desgraciadamente vimos un trato diferente para los residentes extranjeros que también huían de la guerra, al principio, algunos incluso fueron encerrados en campos. Hoy tienen la misma acogida que los ucranianos y las mismas ayudas estatales financiadas por Europa, pero desgraciadamente todavía no tienen el mismo estatuto. También es dramático comparar la acogida de los ucranianos con la de las personas refugiadas de África y de Oriente Próximo y Medio, que cruzaron la frontera entre Bielorrusia y Polonia a partir de agosto de 2021. Estos exiliados fueron utilizados por el presidente bielorruso para desestabilizar a Polonia y a Europa. Y funcionó. Esta crisis provocó una reacción escandalosa del gobierno polaco: la práctica de la devolución, prohibida por la Convención de Ginebra; la introducción del estado de emergencia en las zonas fronterizas; la construcción de un muro a lo largo de la frontera… Decenas de activistas y personalidades (actores, artistas) que ayudan a estas personas son tratados como delincuentes o contrabandistas. Si el número de llegadas a través de Bielorrusia ha disminuido hoy en día, todavía hay familias encerradas en campos.

Estáis movilizados desde el inicio del conflicto, ¿puedes explicarnos las acciones de solidaridad que estáis llevando a cabo sobre el terreno?

Dos días después del inicio del conflicto, tuvimos una reunión con toda la comunidad: ¿cómo podemos involucrarnos para ayudar? Así que tomamos varias decisiones: crear plazas para refugiados en cada una de las 4 casas de la comunidad (25 plazas creadas); apoyar y acompañar a 30 familias de acogida polacas distribuyendo alimentos, ropa de hogar, muebles y productos de higiene; y facilitar el traslado de personas refugiadas a otros países europeos, en Francia y Bélgica.

Y, por supuesto, nos hemos convertido en una plataforma de almacenamiento y envío de material humanitario a través de los Emaús de toda Europa. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a todos los grupos Emaús que nos han ayudado en esta misión. En dos meses, enviamos cinco camiones a Ucrania y al grupo Emaús de Oselya, así como furgonetas a otras comunidades ucranianas y a Polonia. Las personas refugiadas acogidas nos ayudaron a clasificar y cargar estos camiones. Participaron en el esfuerzo colectivo y se integraron muy bien en nuestra comunidad.

Hoy sólo acogemos a dos mujeres y cuatro niños. La mayoría de las personas exiliadas han regresado a Ucrania y hemos mantenido el contacto con algunas de ellas. En este caso también, los grupos Emaús nos han permitido, con sus donaciones al fondo Ucrania, financiar la acogida digna de estas familias durante varios meses.

¿Hay algo más que quiera añadir?

Me gustaría subrayar que esta guerra nos concierne a todos: está dirigida contra nosotros, y contra la civilización europea. El imperialismo ruso nos está arrollando, y no se detendrá hasta que haya demostrado y establecido su posición hegemónica en el mundo. Por ello, nuestra ayuda a las personas procedentes de Ucrania es un asunto de primera importancia. Tuvimos que actuar, y todavía tenemos que hacerlo.

Actualidad Lucha contra la miseria / Solidaridad Polonia
Familias ucranianas acogidas por la Comunidad de Lublin.

© Emaùs Lublin

Campamento de verano: ¡una aventura compartida y emocionante!

Cada año, varios centros Emaús de toda Europa acogen a jóvenes -y no tan jóvenes- para que pasen un tiempo con el grupo y se impliquen en un proyecto de solidaridad. Estos campamentos reciben diversas denominaciones, a saber, “campo de verano”, “campo de jóvenes”, etc. pero el resultado es el mismo: una gran experiencia e intercambios fructíferos.

La organización de un campo de verano para jóvenes es muy sencilla”. De entrada, esta primera afirmación tranquiliza a quienes quieren embarcarse en la aventura. Son palabras de Julio, responsable del grupo belga de Peruwelz y organizador de campos de verano desde hace 14 años. De hecho, en la mayoría de los casos, los jóvenes, que vienen de toda Europa, son acogidos en el grupo, comen y pasan tiempo con los compañeros y compañeras. Aunque a veces es necesario hacer sitio a los jóvenes, a menudo se ofrecen a dejar sus habitaciones durante una o dos semanas. A menudo son los compañeros/as los que, impacientes antes del inicio del campo de verano, preguntan por el progreso de las inscripciones.

En Bosnia-Herzegovina el campo de verano es algo diferente. Desde 2006, el FIS-Emaús organiza cada año estos encuentros que reúnen a más de un centenar de jóvenes. Mirela, destacada organizadora de estos campos de verano, afirma que la idea original es “reunir a jóvenes de todo el mundo -de todas las etnias, naciones o religiones- para que se encuentren en Srebrenica con el objetivo de ayudar a la población local a romper prejuicios y barreras, (…) [y de esta manera] promover la tolerancia, la convivencia y la igualdad para todas y todos en un país en situación de posguerra como es Bosnia-Herzegovina“. La logística es obviamente más complicada debido al tamaño del campo de verano, pero está muy bien organizada gracias a la ayuda de muchos voluntarios/as. ¡Es una verdadera aventura que comienza muchos meses antes de que lleguen los jóvenes!

Y hablando de logística: ¿cómo os soléis organizar? “Hacemos publicidad principalmente a través de la web de Emaús Europa, y el boca a boca también funciona muy bien“, añade Julio. Cada grupo gestiona la manera de hacer las inscripciones, y se puede contar con la ayuda de Emaús Europa y Emaús Francia, que ha creado una página web dedicada al voluntariado en los grupos franceses: Emmaüs Experience. Así pues, aunque la organización de un campo de verano requiere necesariamente una implicación a largo plazo, sobre todo para responder a las preguntas de los jóvenes o para gestionar las llegadas, ¡los grupos no están solos en esta aventura!

Y merece la pena. La acogida de personas ajenas al grupo contribuye muy a menudo a revitalizar la vida comunitaria y a crear un ambiente especial durante quince días, un mes… o incluso más tiempo. Este sabor veraniego es una pausa en la rutina diaria, y da vida nueva al compromiso de los compañeros en su trabajo, a la vez que garantiza a los jóvenes unas bonitas y significativas vacaciones. Estos campos de verano son también una oportunidad para iniciar trabajos de renovación (pintura, reordenación de los locales), y para iniciar nuevas actividades dentro de los grupos, gracias a la ayuda adicional (desarrollo de un huerto, concienciación medioambiental, etc.).

Esta apertura permite a los jóvenes descubrir la riqueza del movimiento y suele ser un primer paso hacia un compromiso (voluntario o asalariado). De hecho, Julio es uno de los primeros ejemplos de ello: tras varios campos de jóvenes realizados en España con Emaús a principios de los años 70, se implicó y ¡lleva ya casi 50 años viviendo la aventura de Emaús! Como participantes, no podemos permanecer indiferentes a este encuentro con el movimiento; se trata de una experiencia enriquecedora que permite ayudar de forma concreta, conocer gente nueva, aprender cosas nuevas, pero también divertirse. No importa el nivel ni las habilidades, todo el mundo es bienvenido ¡y a menudo dan ganas de repetir!

Mirela, del FIS-Emaús, da fe de ello: “La mayoría de los voluntarios/as que han participado en el campo de verano siguen vinculados a Emaús de una manera u otra. (…) ¡Todo empieza y termina con el voluntariado!“. No podríamos haber llegado a una conclusión mejor.

Actualidad Lucha contra la miseria / Solidaridad
Campamento de verano del FIS-Emaús en 2019, Srebrenica, Bosnia-Herzegovina.

Campamento de verano del FIS-Emaús en 2019, Srebrenica, Bosnia-Herzegovina - © IFS-Emaús

El transporte: solidaridad más allá de los bienes materiales

Encuentro con Jean-Philippe, responsable del grupo de Satu Mare de Rumanía. Nos habla de la organización de un transporte solidario, y además nos revela todo lo que hay detrás de estas iniciativas de puesta en común de las donaciones entre los grupos Emaús que reciben mucho y los que reciben menos.

¿Puedes presentar brevemente Emaús Satu Mare?

Nuestra comunidad acoge a 25 jóvenes de entre 18 y 30 años procedentes del sistema de protección de la infancia. Son especialmente vulnerables y la mayoría ha sufrido traumas en la infancia y adolescencia. Cuando llegan aquí, presentan grandes dificultades para relacionarse, aprender e integrarse, entre otras.

Por tanto, somos como un híbrido entre una comunidad y una empresa de inserción. Por un lado, en la comunidad los miembros aprenden a ser autónomos en su vida cotidiana, a cuidar de sí mismos, etc., todo ello asociado a un gran trabajo educativo que comprende, entre otros, el retomar los estudios, las charlas individuales y grupos de apoyo sobre determinados temas (gestión de las emociones, relaciones, etc.).

Y, por otro lado, la “inserción profesional”: disponemos de dos tiendas de muebles y objetos variados que dan experiencia laboral a los jóvenes y permiten a Emaús Satu Mare satisfacer sus necesidades.

¿Cómo se abastece a estas dos tiendas?

Como la mayoría de las tiendas de Emaús, recogemos artículos a nivel local, pero de forma limitada: en Rumanía la gente no tiene costumbre de hacer donaciones o las donaciones que hacen son de mala calidad. Si a esto le añadimos que los canales de reciclaje no están en las mejores condiciones, existe un riesgo real de que los residuos pierdan su utilidad al depositarlos en el contenedor.

Por lo tanto, nos abastecemos en gran parte gracias al transporte solidario que envían otros grupos Emaús asociados y con los que hemos establecido fuertes vínculos.

¿Qué hay detrás de este tipo de colaboración y vínculo entre los grupos Emaús?

Aunque los transportes solidarios aportan un apoyo económico esencial, estas colaboraciones suponen también una oportunidad para crear vínculos reales con los demás grupos de Europa a través de intercambios de compañeros/as y visitas entre grupos.

Muchos de nuestros jóvenes hacen prácticas en grupos asociados: pasan allí varios días o semanas, preparan el siguiente camión que se vaya a enviar y también aprenden mucho sobre la vida fuera de su comunidad. En cierto modo, “abandonan el nido” y se encuentran en un lugar nuevo, que cambia sus hábitos (diferencias lingüísticas, estar con personas mayores, etc.), pero que está protegido. La mayoría de estos jóvenes regresan siendo más maduros y teniendo más confianza en sí mismos. Estos intercambios son verdaderamente beneficiosos. Hablamos de un “Erasmus de compañeros y compañeras”, ¡exactamente de eso se trata!

Y si surgen dificultades durante su estancia en la comunidad que visitan, siempre es una oportunidad para que conozcan sus límites y para que nosotros estudiemos la manera de acompañarles mejor. Tenemos la suerte de contar con colaboradores de confianza dispuestos a “arriesgarse” con nosotros.

Desde el punto de vista logístico, ¿qué significa enviar un transporte solidario?

Lo primero que hay que decir es que… ¡enviar un camión no es difícil! Tan solo hay un poco de burocracia, pero nada del otro mundo. Nosotros nos encargamos de encontrar un transportista.

Lo más complicado es la parte del “contenido”: la calidad de las donaciones enviadas y la cantidad de estas. Un camión que solo lleva un 70% de su capacidad de carga tendrá un impacto en los beneficios finales obtenidos y en nuestro modelo económico. Del mismo modo, un camión con material de mala calidad es probable que acabe en el contenedor, con el riesgo de perder su utilidad. En ambos casos, el impacto medioambiental también va en contra de los valores que defendemos en Emaús.

Ahora nos encontramos con un nuevo obstáculo, que es la subida del precio de la gasolina, y Rumanía no se libra. Hoy en día, un camión representa entre 7.000 y 9.000 euros de volumen de negocio en Satu Mare, con unos costes de transporte de hasta 3.000 euros (frente a los 2.200 del año pasado). La calidad y la cantidad de la carga son muy importantes para que el camión sea rentable y cumpla con nuestros principios.

Entonces, ¿cómo es un camión ideal?

¡Aquel que combina relaciones, calidad y cantidad! Una primera posibilidad es enviar a los jóvenes al lugar para que elijan el contenido del camión, ayuden en la carga y animen a todo el mundo a cargar bien los objetos. Aunque esto también tiene un coste, es algo muy importante para crear un vínculo a largo plazo y, como se ha mencionado anteriormente, es una gran experiencia.

Otra buena práctica (para el grupo emisor) es estudiar detalladamente las necesidades del grupo receptor con el objetivo de que los productos coincidan con lo que nuestra clientela busca a nivel local. El año pasado nos reunimos con dos grupos y, juntos, hicimos una lista detallada de nuestras necesidades: estilo de los muebles, objetos, tipo de vajilla… sin olvidar la calidad del embalaje de los objetos, “maltratados” durante la carga, el transporte y la descarga. ¡Todas estas cuestiones son importantes!

Otros grupos con los que estamos en contacto desde hace mucho tiempo ya conocen nuestras necesidades, y nos sentimos “en casa” cuando recogemos su mercancía.

¿Qué le dirías a un grupo que quiere implicarse más en la solidaridad internacional y en el transporte solidario en particular?

El transporte solidario es una forma muy Emaús de vivir la solidaridad: implica a los compañeros/as, empleados/as y voluntarios/as del grupo emisor y crea un beneficio real y tangible para los compañeros/as del grupo receptor. No se trata de una actividad suplementaria, este enfoque forma parte del ADN de Emaús: una puesta en común de las donaciones de Emaús que da trabajo a toda una comunidad y la mantiene viva. ¡Y es una gran aventura!

¿Quieres añadir algo que se haya quedado en el tintero?

¡Siempre hay algo que añadir! Queremos dar las gracias a los grupos Emaús que nos apoyan desde hace tiempo, y animamos a aquellos grupos que aún dudan a que prueben la aventura, con nosotros o con otros grupos europeos que también lo necesiten, en Rumanía, pero también en Polonia, Bosnia-Herzegovina o en los países bálticos.

Actualidad Lucha contra la miseria / Solidaridad Rumania
Dos jóvenes de Emaús Satu Mare descargan un transporte solidario.

Dos jóvenes de Emaús Satu Mare descargan un transporte solidario de La Chaux de Fonds (Suiza) - mayo de 2022, Rumanía - © Emaús Satu Mare

Deconstruir el miedo al extranjero: la campaña de Emaús en pos de una acogida digna para las personas exiliadas

Con la idea de abrir las mentes a la discusión, los carteles de esta campaña tienen como objetivo hacerse un hueco en nuestros espacios de acogida del público para así deconstruir los miedos relacionados con la acogida de personas exiliadas. Están disponibles en los idiomas de los países de Europa en los que Emaús está presente.

Podéis utilizarlos como puerta de entrada hacia intercambios más profundos con los diferentes públicos o incluso para invitar a los/las elegidos/as a debatir sobre el enfoque de Emaús en cuanto a las políticas migratorias y de acogida. Esta invitación puede completarse con el « Informe mundial sobre nuestros combates por la pobreza » editado por Emaús Internacional.

A nivel europeo, esta campaña se inscribe igualmente en el marco de las discusiones que han tenido lugar entre los estados en el seno del Consejo y con el Parlamento sobre el nuevo Pacto de migración y asilo. Este Pacto tiene como objetivo orientar las políticas sobre dichas cuestiones durante los próximos años.

Evidentemente, nuestro equipo está a vuestra disposición si queréis organizar una interpelación política o un encuentro con vuestra clientela y/o los/las elegidos/as: eve.poulteau@emmaus-europe.org

Aún tenemos varios carteles en stock, así que no dudéis en escribirnos si queréis un envío postal:
contact@emmaus-europe.org

Los carteles también están disponibles para su descarga en diferente formato para cada idioma:
un formato web, un formato de impresión clásica con una impresora de oficina y un formato para impresión.

Descargar los carteles

 

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