Emaús Europa

Emaús en Bélgica

Entrevista a Julio de la Granja, delegado nacional de Bélgica en el Consejo Regional de Emaús Europa.

¿Nos puedes hablar sobre los inicios de Emaús en Bélgica?

En Vivegnis, en los suburbios de Lieja, William Wauters y sus amigos empezaron a trabajar en 1949 para ayudar a la población pobre de la posguerra. Reformaron locales, distribuyeron carbón, alimentos y ropa; este fue el comienzo de la primera comunidad belga: Emaús-Brasier.

En 1960 la economía belga se recupera, la situación cotidiana de la población mejora y la comunidad pasó a dedicarse a ayudar a lo que entonces se conocía como países del “Tercer Mundo”, creándose así el grupo “Terre”. A partir de entonces, llevó a cabo proyectos económicos para mejorar las condiciones de vida de la población local a largo plazo. Terre se retiró de Emaús en los años 90, pero mientras tanto la aventura de Emaús continuó en Bélgica.

La comunidad de trabajadores de Ghlin se fundó en 1957, al igual que la comunidad Emaús de Bruselas. Tras el fallecimiento de su líder y a petición del Abbé Pierre, la comunidad de La Poudrière tomó las riendas de la comunidad de Bruselas en 1975. Fue entonces cuando esta comunidad, que había sido independiente desde su apertura en 1958, se unió a Emaús. En la década de 1960 también se desarrollaron otras dos comunidades en Charleroi: Marchienne-au-Pont y Lodelinsart, esta última cesaría finalmente su actividad en 2018.

Hoy en día hay tres grupos Emaús en Bélgica: Marchienne-au-Pont (en el municipio de Charleroi), Ghlin (en la ciudad de Mons) y La Poudrière con sus tres sedes (en Bruselas, en Péruwelz y la granja de Rummen). En total hay 4 espacios de venta ¡y más de 140 actores del movimiento en el país! Leer más…

¿Qué actividades y acciones que lleva a cabo Emaús en Bélgica?

En Bélgica, los tres grupos Emaús son comunidades en el sentido tradicional; en total viven y trabajan allí 60 comapñeros y compañeras y realizamos las actividades tradicionales de Emaús de recogida, clasificación y reventa de objetos. Juntas, las tres asociaciones recogen alrededor de 1.000 toneladas de muebles, ropa y electrodomésticos al año, el 70% de los cuales se vuelve a poner en circulación en las tiendas.

La comunidad de La Poudrière desarrolla una importante actividad en la granja de Rummen desde 1964. Situada en la región de Flandes, la alquilamos con la idea de producir frutas y verduras y criar cerdos, ovejas y gallinas para alimentar a la comunidad. Cada año producimos 50 toneladas de manzanas, 5.000 botellas de zumo de manzana y también peras y ciruelas y todo se vende en nuestras tiendas de Bruselas y Péruwelz.

Desde hace tres años tenemos un taller de reparación y venta de bicicletas; reconocido por las autoridades regionales, está abierto al público cinco días a la semana. La mayoría de las bicicletas son recogidas por la comunidad en los centros municipales de recogida de residuos y luego reparadas antes de volver a ponerlas en venta.

Consciente del impacto ecológico y el coste que genera la eliminación de residuos, la Comunidad de Ghlin también ha buscado soluciones innovadoras. Tras haber lanzado una iniciativa medioambiental hace unos años (recogida de aguas pluviales, aislamiento, gestión de la calefacción y, recientemente, instalación de paneles solares, etc.), Emaús comenzó a buscar un canal de aprovechamiento de la madera como los que existen para la ropa, los libros, los electrodomésticos, etc. Como proyecto innovador surgió Holy-Wood, creado por un grupo de personas comprometidas con el objetivo de generar valor a partir de la madera y los muebles usados gracias a un taller de carpintería colaborativo, la creación de muebles de diseño ecológico y una tienda de productos ecológicos.

Además de las actividades realizadas a nivel local, se han organizado varios encuentros importantes del Movimiento Emaús en Bélgica, a saber, la Asamblea Mundial de Emaús Internacional en Namur en 1984 y la Asamblea Regional de Emaús Europa en Bruselas en 2009. Estas asambleas generales son momentos importantes de encuentro, reflexión y toma de decisiones en la vida del movimiento.

¿A qué retos se enfrentan actualmente los grupos belgas?

Nuestras tres comunidades existen desde hace más de 60 años y están dirigidas por personas comprometidas que llevan muchos años en el movimiento. Se suele acoger sobre todo a personas indocumentadas porque hay muchas ayudas sociales del Estado y de los municipios para las personas que viven en Bélgica. Estas personas suelen abandonar la comunidad una vez regularizada su situación, en lugar de dedicarse a Emaús como modo de vida.

Por lo tanto, las tres comunidades necesitan un cambio con el fin de garantizar que las asociaciones sean gestionadas por una nueva generación, cosa que ya se está concretando, en parte, a través de la profesionalización de ciertos puestos (como conductores o personal administrativo) y de la colaboración con otras asociaciones como:

  • El albergue de L’Ilôt, que colabora con Marchienne-au-Pont en la gestión de la comunidad.
  • La Compilothèque, una asociación de artistas que colabora con la comunidad de Bruselas, alquila parte de nuestros locales y nos ayuda con las actividades comunitarias.
  • El parque natural de Plaines de l’Escaut, una asociación medioambiental transfronteriza franco-belga que tiene su sede en Péruwelz y nos ayuda con los proyectos de bosques y huertos de la sede de Péruwelz.
  • El grupo Terre, que antes formaba parte de Emmaüs, compra los excedentes de ropa recogidos en Péruwelz.

En general, es importante transmitir a los más jóvenes algunos valores como la entrega, el intercambio y la fraternidad, que están representados con excelencia en el fresco “L’entraide” (en español, “La ayuda mutua”) de Thierry Coppée, autor de los cómics “Les Blagues de Toto”, creado específicamente para el 60º aniversario de la comunidad de Ghlin. Desde hace 13 años, la comunidad de La Poudrière organiza campamentos de trabajo estivales en Péruwelz, donde suelen acogen a unos diez jóvenes durante las dos primeras semanas de agosto. También contamos en La Poudrière con jóvenes del servicio civil belga durante períodos de 6 meses. Todas estas iniciativas contribuyen a la integración de las nuevas generaciones en el movimiento.

¿Cómo os encontráis desde que comenzó la pandemia y cómo os estáis adaptando a la situación?

Durante el año 2020 y parte del 2021, tuvimos que detener las recogidas en determinados momentos. Los comercios cerraron y volvieron a abrir a medias o totalmente, siguiendo las medidas introducidas por el gobierno belga.

Durante el confinamiento dejamos de realizar actividades al aire libre y desarrollamos actividades internas, como la limpieza de la tienda, el entorno y el jardín. ¡A pesar de las dificultades, hemos reforzado los vínculos entre nosotros!

En el plano económico hemos perdido dinero, pero nuestros gastos también han disminuido. Cuando volvimos a abrir, nuestros clientes empezaron a venir asiduamente y eso supuso una inyección importante de dinero. Actualmente las tiendas están abiertas y la actividad se ha reanudado con normalidad.  En Emaús Ghlin la recogida a domicilio aún está restringida debido a las medidas de distanciación social, pero en general, ¡las comunidades se encuentran en una buena situación a pesar de todo!

Actualidad Bélgica

© Emaús La Poudrière

Una central lechera para ayudar a los refugiados a reconstruir sus vidas

FIS-Emaús se creó en Bosnia-Herzegovina en 1999 tras un encuentro con Emaús Internacional durante la guerra en la antigua Yugoslavia.

Hoy en día, la abundancia de actividades que lleva a cabo lo convierte casi en un “Ministerio de Asuntos Sociales adjunto”: acogida de personas exiliadas en la ruta de los Balcanes, residencia de ancianos para las madres de las víctimas de la guerra, centro de tratamiento psicológico y geriátrico para los más desfavorecidos, ayuda social y alimentaria para ancianos que están solos, becas para los hijos de las familias monoparentales de las zonas rurales, etc.

En total sirven más de 3.000 comidas al día a estas diferentes personas, por lo que decidieron producir ellos mismos parte de los alimentos. En primer lugar, se creó una panadería que les está permitiendo ahorrar 1.000 euros al mes. Luego, en la región rural de Doboj, tuvieron la idea de ayudar a los habitantes de la región que regresaban del exilio tras la guerra de la antigua Yugoslavia a reasentarse. A principios de la década del 2000, habían recibido vacas en el marco del programa de retorno internacional, pero no encontraban salidas para vender su leche.  El objetivo que se marcaron entonces fue recoger la leche para proporcionarles unos ingresos y crear empleo local: la producción de la central lechera serviría para suministrar el yogur, la mantequilla, la leche y el queso que necesitaban para sus actividades sociales y de ayuda alimentaria, y quizás algún día para generar ingresos adicionales para financiar sus acciones.

La central lechera se creó en 2007 en colaboración con la comunidad italiana de Emaús Villafranca. En la actualidad emplea a 12 personas y recoge 2.000 litros de leche al día de las pequeñas granjas de la zona (entre 1 y 10 vacas por granja). Durante los primeros años se necesitó ayuda externa para equilibrar el presupuesto; en los dos últimos años, las ventas a través de canales comerciales y restaurantes han arrojado finalmente un pequeño superávit. ¡Ahora tienen planes de expansión!

Actualidad Bosnia-Herzegovina Defensa de los derechos humanos / Migraciones

Velüs: la bici es un plus

Después de los desplazamientos a pie, la bicicleta es el modo de transporte más eficiente para el medioambiente y la protección del clima; también es el vehículo que aporta más valor social y contribuye a una economía justa. En resumen, para Emaús, ¡Velüs es un plus! Este proyecto ofrece bicicletas de segunda mano revisadas y arregladas, en perfecto estado de funcionamiento, así como un servicio a la carta para reparar y cuidar bicicletas atendiendo a una lógica circular, es decir, reutilizando las bicicletas que son donadas a Emaús. Vincent Chapuis, responsable de Emaús Jura, comparte con nosotros este proyecto suizo con un toque de actualidad.

En Emaús Jura hemos decidido utilizar la bici para contribuir a una mayor justicia e igualdad. Gracias a la colaboración con asociaciones que apoyan la movilidad orientada al futuro y con aliados de la economía social y solidaria pudimos abrir nuestro taller de reparación y suprarreciclaje (o upcycling) de bicicletas en la comuna de Boncourt. Fue nuestro compañero Michel, apodado “Don Velüs”, quien montó el taller; su gran habilidad le permite hasta reparar motos que a veces llegan en muy mal estado. La actividad aún no se autofinancia del todo, pero es una buena oportunidad para presentar Emaús a un nuevo público. Por ejemplo, el taller de Velüs sale a la calle y participa en eventos, en los cuales ofrece pequeñas reparaciones o ajustes gratuitos. En cada ocasión, el público (re)descubre que una bicicleta, aunque sea vieja, es tan útil para desplazarse como para crear vínculos.

Una marca que puede desarrollarse y crear redes

En el cantón del Jura, en el fondo de sótanos y trasteros, ¡todavía hay entre dos y tres mil bicicletas que esperan ser puestas en circulación! Hemos decidido no ocuparnos de las bicicletas con asistencia eléctrica y estamos trabajando con distribuidores independientes de bicicletas de nuestra región; la ayuda que Velüs aporta a este sector es de agradecer. Nuestra intención es desarrollar la marca “Velüs” (las bicicletas y Emaús) para apoyar todo el potencial social y solidario de la bicicleta. Ahora estamos buscando socios para crear una red de competencias en el Movimiento Emaús, donde muchos grupos reparan bicicletas. Juntos podríamos no sólo compartir conocimientos técnicos, sino también contribuir al desarrollo de las actividades sociales y económicas que giran en torno a la bicicleta. ¿Por qué no hacerlo en toda Europa?

Más información en https://emmaus-jura.ch

Actualidad Economía circular y solidaria / Ecología Suiza

© Emaús Jura

Emaús en Polonia

Entrevista con Grzegorz Hajduk, delegado nacional de Polonia en el Consejo regional de Emaús Europa.

¿Puedes contarnos cómo comenzó Emaús en Polonia?

Comenzó con los contactos entre los fundadores de las comunidades de Lublin y Nowy Sącz, representantes de Emaús Internacional y con el apoyo solidario de la comunidad Emaús alemana en Koeln y las comunidades francesas. Estas organizaciones se unieron al movimiento: Emaús Lublin fue fundada en 1995. En 1999, se estableció una comunidad en Nowy Sącz, la cual fundaría en 2003 una nueva comunidad en Cracovia – Nowa Huta. Una sola asociación, Emaús Brat Albert, dirige ambos establecimientos.

Emaús Brat Albert trabaja con el espíritu de Emaús desde 1999. Con la ayuda de muchas comunidades europeas, hemos logrado una enorme expansión y modernización de las instalaciones en las que “nació” la comunidad Emaús. También hemos construido una casa y una granja en Cracovia. Actualmente, trabajamos juntos por una vida digna y honesta, para construir una sociedad más justa y para ayudar a aquellas personas que sufren la pobreza y la exclusión.

En 2007, también se fundó otra comunidad en Rzeszów. Tras una serie de problemas relacionados con la construcción de una nueva casa en los últimos años, esta sigue adelante con la ayuda que recibimos de nuestros amigos de Emaús.

¿Qué actividades lleva a cabo Emaús en Polonia?

En Polonia, las comunidades se centran en la recolección y venta de mercancía de segunda mano, actividades tradicionales de Emaús. También contamos con talleres de carpintería con servicio al cliente y huertos para su propio uso. En Lublin, la comunidad gestiona un restaurante italo-turco que puede acoger hasta a 75 comensales. Durante el confinamiento, evidentemente esto ya no fue posible, pero se adaptaron preparando pedidos para llevar. Junto a la ciudad, también cuentan con un proyecto de mobiliario urbano.

Son los compañeros (antes personas sin hogar) quienes han creado todas las comunidades. Hoy día, contamos con 16 compañeros en Rzeszów, 34 en Brat Albert y alrededor de 20-30 en Lublin. De forma global, contamos con entre 100-120 actores Emaús en Polonia (compañeros, voluntarios, empleados…). Además de las comunidades, también hay centros de acogida para personas sin hogar, sobre todo en Brat Albert.

¿Cómo han ido las cosas desde que comenzó la crisis sanitaria y cómo os habéis adaptado a la situación?

Pensamos que iba a empeorar, pero debido al caos administrativo y a unas pautas de comercio conflictivas, fuimos capaces de mantener las ventas en nuestras tiendas. Por otro lado, algunos grupos han desarrollado tiendas en línea, lo que supone otra opción para mantener la actividad. Básicamente, la pandemia evitó a las comunidades, ahora todos los miembros están vacunados, ¡y somos más optimistas sobre el futuro!

¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan los grupos en vuestro país?

La pandemia limitó de forma severa los contactos, , pero hemos tratado de mantenerlos tan a menudo como ha sido posible. A veces tenemos dificultades para mantener la liquidez financiera y estamos constantemente trabajando para asegurar el más brillante posible de los futuros para los miembros de la comunidad».

¿Podríais añadir unas palabras acerca de la situación política del país?

La situación política del país no es demasiado estable, el gobierno de la derecha populista de los últimos seis años nos ha llevado a la mayor inflación en treinta años. Hay un impasse en las políticas interiores y exteriores, la corrupción y el nepotismo no hacen más que florecer. Gracias al dinero que transfieren a los bolsillos de la gente, aún disfrutan de una gran popularidad y es complicado asegurar cómo acabarán las próximas elecciones. La influencia de la Iglesia Católica en el poder y la legislación aumenta e incluso se ha lanzado una campaña contra el colectivo LGBT. Unos cambios caóticos de leyes en el sistema judicial amenaza con excluirnos de la Unión Europea, nuestra membresía en la OTAN se vuelve ficticia y existen numerosos indicadores que muestran cómo se empuja al país a entrar en guerra con Rusia…

Actualidad Polonia

© Emaús Krakow