Emaús en la Isla de la Reunión
Historia basada en entrevistas con William Caro, Bernard Grondin, Sandrine Techer y Nelly Calimoutou de Emaús Reunión, con Emmanuel Cazeau y Wilfrid Bertille, de Emaús Gran Sur y con Bruno Pichon, de la asociación AGAME.
La Reunión es una isla francesa situada en el océano Índico, cerca de Madagascar, que la separa del continente africano. Cuando los franceses llegaron a esta isla, estaba deshabitada, lo que puede justificar la debilidad del movimiento independentista en la isla de la Reunión. Por otro lado, los franceses practicaron la esclavitud llevando a la isla esclavos de diferentes países de África y Madagascar, y establecieron una economía basada en el monocultivo de la caña de azúcar y su exportación. La esclavitud dejó una fuerte huella en la isla y es la raíz de las desigualdades económicas y sociales que persisten en ella.
En la actualidad, uno de los principales problemas sigue siendo el desempleo, que en 2020 afectaba a más del 22% de la población, y al 44% de los jóvenes de entre 15 y 24 años. También es una isla muy afectada por el consumo excesivo y la dependencia del exterior, sobre todo en lo que respecta a la alimentación.
¿Cuál es el origen de los grupos Emaús de la Isla de la Reunión?
El primer grupo Emaús se creó tras el cierre del gran vertedero al aire libre cercano a la ciudad de Saint-Denis. Hasta los años 70, los habitantes de este barrio de chabolas, una zona de viviendas de tránsito que estaba siendo objeto de una importante renovación, solían llamar a este vertedero su «fábrica» hasta los años 70, ya que de esta renovación obtenían sus escasos ingresos.
El actual director del grupo Emaús Reunión era entonces trabajador social en la zona. Tras conocer al Abbé Pierre en 1994 y gracias al apoyo de cinco grupos franceses y de la Fundación Abbé Pierre, él y un equipo de voluntarios crearon la asociación «Papillon» de Emaús Reunión (llamada así por el barrio de chabolas). La asociación reunió a una decena de familias de traperos que se habían visto en la obligación de abandonar su trabajo y que encontraron en la actividad de Emaús una manera de sobrevivir.
Un segundo grupo se creó en el otro extremo de la isla en 2012 al integrar una asociación que llevaba a cabo una actividad solidaria para personas en situación de exclusión severa o que vivían en la calle y que empezaba a desarrollar una actividad de creación de empleo a través de la reutilización de materiales. Emaús Grand Sud tiene ahora un espacio de actividad económica en Saint-Pierre y sigue teniendo su «tienda de solidaridad», un centro de día en Saint-Joseph.
Un tercer grupo acaba de sumarse al movimiento como miembro a prueba con una actividad de reutilización de equipos informáticos y telefónicos y de formación para personas en situación de exclusión digital. Tiene su sede en la ciudad de Le Port, donde el desempleo juvenil es del 50% entre los jóvenes de 15 a 24 años: se trata de AGAME, que lleva el nombre de un lagarto cuya contribución al ecosistema es esencial pero que está en peligro de extinción. Su objetivo es equilibrar la situación de exceso de consumo que existe, por un lado, y una gran falta de equipamiento, por otro.
¿Cuál es la actividad principal de los grupos?
La actividad económica de ambos grupos consiste en la reutilización de textiles y objetos donados por particulares. Los principales ingresos proceden del sector textil, que representa el 60% de la facturación de Emaús Reunión. Sin embargo, Emaús Grand Sud también trabaja en proyectos de integración para la reparación de grandes electrodomésticos para familias necesitadas, además de su actividad económica y su actividad de acogida en Saint Joseph, que acoge a unos 300 beneficiarios regulares.
Desde hace muchos años, Emaús Reunión intenta mantener a largo plazo un equipo de trabajadores y trabajadoras asalariados procedentes de barrios pobres y sin formación, para permitirles lograr estabilidad y formarse dentro de Emaús. Sin embargo, el fin de las ayudas estatales francesas para este tipo de trabajos les obliga a Emaús Reunión a mantener sólo 30 empleados y no les permite contratar a más gente. Pronto desarrollarán una actividad de integración para poder apoyar a más personas con dificultades.
¿Cuáles son los retos actuales?
La situación sanitaria con respecto a la COVID es mejor que en muchos países porque es una isla bastante alejada de los demás países del océano Índico, lo que permite hacer un seguimiento de las personas que entran en su territorio. Antes de entrar a la isla es necesario haberse realizado un test de COVID, y debe repetirse esta operación a la llegada a la isla.
Aparte de un confinamiento inicial en marzo y abril que les hizo perder dos meses de facturación, los grupos reunioneses pudieron continuar su actividad casi con normalidad aplicando medidas sanitarias preventivas.
Para recuperarse de los efectos del primer confinamiento, ampliaron su horario de apertura y llevaron a cabo una completa reorganización. Los dos primeros grupos también se enfrentan al reto de expandirse para poder desarrollar su negocio y mantener su autonomía financiera.
Por su parte, AGAME ha desarrollado su acción durante esta crisis sanitaria movilizando a todo su equipo para dotar de ordenadores a 500 jóvenes de la ciudad de Le Port para que puedan seguir cursos de formación a distancia y formándolos a ellos y a sus familias, sin dejar de lado numerosos proyectos.
En el futuro, Emaús Reunión desea desarrollar una sección de ejemplares literarios compuesta por libros sobre las culturas criollas, la historia del Océano Índico y las luchas contra la esclavitud y las colonias, gracias a la enorme colección que ha reunido a lo largo de los años. El objetivo es desarrollar más intercambios políticos con la población y continuar organizando debates sobre cuestiones sociales y culturales de la isla.
Por último, los tres grupos intentan desarrollar una dinámica más colectiva entre ellos: están a punto de abrir juntos un espacio de venta en línea (M’i Emmaüs) y han llevado a cabo una acción de solidaridad conjunta con Madagascar en 2020 (Operación Kéré), con perspectiva de una mayor integración regional.
Consejos y trucos ‘)
- Emaús Papillons se sitúa muy cerca del aeropuerto de la isla, el cual les dona todos los objetos confiscados que no se pueden llevar en avión. Por ello, es uno de los mejores lugares para comprar bastones de senderismo, morteros de piedra volcánica o navajas suizas: ¡tienen muchísimos!
- En la cola de la caja de la tienda, Emaús Grand Sud ha colocado pantallas que proyectan películas sobre la historia y los valores del movimiento.
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