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Emaús Punto y la lucha contra la adicción

Encuentro con Richard, presidente honorario de Emaús Punto en Bergisch Gladbach que comparte con nosotros la experiencia del grupo alemán y sus conocimientos sobre las cuestiones relacionadas con la adicción. 

¿Puedes presentarte y hablarnos de los inicios de Emaús Punto? 

Soy presidente honorario de la asociación y, profesionalmente, trabajo a tiempo completo en una clínica especializada en la ayuda a toxicómanos. En 2008 creamos un proyecto similar a Emaús con 6 pacientes y lo llamamos “Punto” como símbolo de “punto de inflexión”. Las personas afectadas por la drogadicción deberían poder liberarse definitivamente del desempleo y la soledad y no acabar en la calle o en la cárcel. Así, empezamos esta actividad con una ayuda financiera de 500 euros concedida por la asociación Emmausbewegung deutscher Zweig e.V. del difunto expresidente Stephan Drechsler, de Bergisch Gladbach. Yo me había unido a esta asociación en 1983 como miembro activo antes de mis estudios y por ello el proyecto pasó a formar parte de nuestro movimiento. 

¿Puedes hablarnos de la comunidad y de lo que la hace especial?   

Nuestra comunidad se basa en la continuidad a lo largo de los años de nuestros 20 miembros y 12 compañeros. Hablamos alemán e italiano, ya que entre nuestros miembros fundadores había 4 italianos, y cultivamos una actitud de confianza hacia la abstinencia de todas las sustancias tóxicas en nuestros grupos semanales de debate y autoayuda. El sentimiento de gratitud, alegría y humildad que surge al recuperar la salud es muy significativo y útil y esa es la piedra angular de lo que hacemos. 

Además de en Emaús, trabajas en una clínica especializada en adicciones, ¿en qué consiste tu trabajo? 

Los toxicómanos llegan a nuestra clínica directamente de la cárcel o de una unidad de desintoxicación de un hospital de urgencias; la vida en la clínica durante los 9 meses de estancia ya es como vivir en una comunidad. Mis compañeros y yo, psicoterapeutas formados, hablamos a diario con ellos en la clínica. El objetivo es aclarar la decisión de seguir un proceso de abstinencia y, sobre todo, volver a tratarse con honestidad y sinceridad, perdonarse y, en el mejor de los casos, encontrar nuevos amigos y una vida después de la terapia. La tasa de éxito de este programa -esto es, el seguimiento regular en condiciones de abstinencia hasta el final del programa- se sitúa en torno al 60%. Con un buen plan para después de terminar el proceso, como una comunidad Emaús, el porcentaje de éxito se eleva inmediatamente hasta superar el 80%. 

¿Qué consejo darías a una persona con problemas de adicción? 

Concretamente, lo primero que necesitan es una buena desintoxicación bajo supervisión médica durante al menos 2 a 6 semanas. Se trata de un descanso, una pausa inicial. No hay que dejarle solo/a, hay que visitarle, mirarle con cariño, hablarle claro y establecer nuevos contactos, esto puede darle esperanza y fuerza para nuevas decisiones y próximos pasos. Dar estos pequeños pasos al principio es esencial para el resto del proceso. 

¿Quieres contarnos algo más? 

Hemos observado a menudo que Emaús ejerce una gran atracción sobre los participantes en nuestro programa clínico: lo que les fascina es la práctica simple y concreta de actuar solidariamente y, por eso, 15 años después de la pérdida del Abbé Pierre, es justo continuar con sencillez, alegría, autocrítica y honestidad. No olvidemos que Emaús ofrece espacios en la sociedad que son vitales para muchas personas.   

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