Emaús Europa

Nuestras acciones

Novedades sobre Ucrania

Mientras vemos como ya han pasado más de 1 000 días desde que comenzara el conflicto a gran escala (24 de febrero de 2022), tenemos novedades sobre las acciones que lleva a cabo Emaús Oselya (Lviv). El grupo continúa implementando proyectos de ayuda para los/as más vulnerables gracias a su determinación y al apoyo de todos los grupos Emaús a través del Fondo Ucrania, gestionado por Emaús Europa.

Desde el comienzo del conflicto, Emaús Oselya ha estado junto a diversos públicos entre los que son más vulnerables: las personas sin hogar, cuyo número ha aumentado desde 2022 y la llegada de personas procedentes del este de Ucrania, personas desplazadas y familias que vienen de zonas de conflicto.

Todos los jueves, el grupo reparte comidas calientes (sopa, té, pan) a unas cien personas.

El número de personas que van cada día al centro de apoyo social no deja de aumentar. Allí encuentran un lugar en el que recuperarse, darse una ducha, hablar con un/a psicólogo/a de la asociación o un/a médico/a, cortarse el pelo o encontrar prendas de abrigo para el invierno. Este centro, que es único en Ucrania y que recibió una financiación de 285 000 € de Emaús Europa gracias al Fondo Ucrania durante su construcción en 2022, se ha convertido en una referencia alabada por los poderes públicos. Algunos/as médicos/as vienen desde Kyiv para dar su apoyo de forma gratuita.

Todas las semanas, unas veinte familias participan en talleres organizados por los/as psicólogos/as de la asociación, con el objetivo de luchar contra los traumas producidos por el conflicto.

Además, la asociación sigue haciendo hueco para acoger a compañeras y compañeros que se han visto obligados/as a huir de las zonas de conflicto: eran 15 en 2020, 30 en 2022 y ahora 36 se alojan en la comunidad.

El apoyo continuo e incansable de Emaús Europa y de los grupos europeos

Todos los meses, el Fondo Ucrania (que gestiona Emaús Europa y alimentan los grupos Emaús) financia el reparto de comidas calientes y una gran parte de los gastos de funcionamiento del centro social
(4 000 €/mes, es decir, unos 50 000 €/año).

A esto se añade la financiación de proyectos a más largo plazo, para así dar pie al desarrollo de sus actividades económicas o a poder encargarse mejor de las personas acompañadas.

En octubre de 2024, el Fondo Ucrania financió la renovación del taller de muebles, para que la asociación pudiera ampliar su actividad (16 000 €). Gracias a un donativo suplementario de 10 000 € de Emmaüs Longjumeau a través de Emaús Europa, la asociación pudo renovar y ampliar la tienda de segunda mano, así como mejorar el espacio del taller terapéutico para las familias (julio de 2024).

Próximos proyectos

La determinación de Oselya es infalible, a pesar de la incertidumbre ligada a la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y la complicada situación en el frente. En 2025, la asociación quiere renovar los apartamentos para poder alojar a 11 personas (se necesitan 20 000 € para la renovación), instalar paneles solares para reducir el consumo energético (unos 6 000 €) y poner en marcha un proyecto de comedor solidario, para reunir allí a la clientela habitual y personas beneficiarias para que puedan comer de forma gratuita.

¡Si sois un grupo Emaús y queréis participar en la financiación de estos proyectos, podéis contactar con Emmanuel! Las necesidades financieras siempre están ahí y sobrepasarán la capacidad del Fondo Ucrania, que cuenta actualmente con 185 000 €.

El apoyo que han brindado todos los grupos Emaús a Ucrania es uno de los regalos más valiosos del grupo de Oselya. Este apoyo va de la mano con su determinación y aún se siente después de casi tres años especialmente complicados. Muchísimas gracias por su confianza.

Oleksandr y Serhiy, compañeros de la comunidad de Oselya. Julio de 2024.

Oleksandr y Serhiy, compañeros de la comunidad de Oselya. Julio de 2024. Autoría: Emmanuel Rabourdin

Comisión Europea. Autoría: EmDee, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, a través de Wikimedia Commons

Comisión Europea 2024-2029: austeridad y competitividad

Ya conocemos la lista de comisarios/as europeos/as propuestos/as para el mandato de 2024-2029. Sin que sea una sorpresa para nadie, la Comisión Europa toma una deriva preocupante para el futuro de nuestras actividades y valores. Es ahora el turno del Parlamento Europeo de probar a todas y cada una de estas personas, con el objetivo de validar o no su nombramiento como comisarios/as europeos/as.

Es especialmente preocupante la gran presencia de las fuerzas conservadoras y de la derecha, puesto que, a escala europea, a menudo estos partidos se oponen a nuestra causa y comparten pocos de nuestros valores. Esto plantea una serie de inquietudes en cuanto a su capacidad a la hora de defender los derechos sociales, la igualdad y la justicia climática, desafíos que deberían ser el centro mismo de las preocupaciones europeas. Entre los/as 27 comisarios/as propuestos/as (uno/a por cada Estado miembro), 12 provienen de partidos conservadores, 5 de partidos liberales y 1 de un partido de extrema derecha. Además, 5 son independientes, aunque en realidad son más afines a partidos de derecha y de extrema derecha. Tan solo 5 comisarios/as pertenecen a partidos demócratas.

En el fondo, también nos preocupa la desaparición del título de comisario de asuntos sociales y de empleo, así como el nombramiento de tres comisarios/as diferentes a cargo de las políticas migratorias, con un predominio de términos como «prosperidad», «competitividad» y «seguridad». En las cartas dirigidas a los comisarios para definir sus misiones, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, defiende abiertamente una visión de Europa basada en la competitividad, el crecimiento económico y la seguridad. En Emaús, esta elección nos pone en alerta porque promueve una Europa de fronteras cada vez más cerradas y un modelo económico que da prioridad a las grandes empresas, dejando así a un lado los desafíos sociales, los derechos humanos y los imperativos ecológicos.

En cualquier caso, hay que destacar algunos aspectos positivos. La creación de un puesto de comisario dedicado a la economía circular, siendo una de sus tareas trabajar en la elaboración de una ley sobre esta. Por otro lado, la creación de un puesto de comisario sobre «energía y vivienda» tiene ahora como parte integral de sus misiones europeas las cuestiones ligadas al acceso a la vivienda. Por último, se ha anunciado la implementación de una estrategia antipobreza, en la que trataremos de tomar partido junto a nuestros socios, a pesar del contexto político poco favorable para la reducción de las causas de la miseria.

Emaús Campüs: ¡La juventud en el centro de la acción!

La juventud europea se ve cada vez más afectada por la precariedad y el movimiento Emaús busca medios para responder a dichas necesidades. Asimismo, la idea es darle una vuelta a nuestras prácticas para que así los/as jóvenes militantes participen a nuestro lado. En París, el grupo Emaús Défi trata de responder a este doble desafío por medio de la creación de Emaús Campüs, ¡un campamento joven e inspirador! Nos encontramos con Médéric, el director:

¿Podrías explicarnos cómo se le ocurrió a Emaús Défi la idea de crear Campüs?

En 2020, Emaús Défi constató tres hechos:

  1. Estábamos al tope de nuestra capacidad de acogida en nuestros actuales locales, con 150 empleados/as en inserción… y aun así, como es el caso para el resto de los grupos Emaús, muchísimas personas continúan llamando a nuestra puerta sin que tengamos la opción de acogerles.
  2. La precariedad entre los/as jóvenes se ha duplicado en los últimos 20 años y se agravó más si cabe tras la crisis de la Covid y el movimiento solo podía responder de forma parcial a esta problemática.
  3. La juventud tiene cada vez más ganas de participar, pero no hemos adaptado nuestras modalidades de acogida y voluntariado para este público joven.

A través de la creación de Emaús Campüs, Emaús Défi ha querido crear un dispositivo que responda a dichas problemáticas.

¿Cómo funciona exactamente?

La actividad de Emaús Campüs es «clásica» para un grupo Emaús: somos un campamento de inserción que acompaña a personas que se encuentran en una situación de extrema precariedad hacia una actividad de reempleo solidaria: recogida, clasificación y venta de objetos de segunda mano. En esencia, hemos tratado de darle una dimensión joven a todos los componentes de nuestra actividad:

  • Acogemos a una parte más importante de jóvenes entre nuestros/as empleados/as, con el objetivo de tener ¾ de menos de 30 años.
  • Instalamos tiendas cerca de las universidades o los lugares donde se reúna la juventud, como pueden ser el campus de la facultad Sorbonne Nouvelle o el Forum des Halles.
  • Organizamos con frecuencia ventas efímeras en los campus y universidades.
  • Proponemos ventas especiales y descuentos en nuestras tiendas para que la juventud pueda abastecerse a buen precio (-30% para los/as menores de 30 años).
  • Llevamos a cabo repartos solidarios de ropa para los/as estudiantes en situación de precariedad.
  • Acogemos a numerosos/as becarios/as y presentamos el Pass Campüs: un dispositivo de voluntariado adaptado a los/as jóvenes.
  • De aquí a finales de año, presentaremos inser-jóvenes: un equipo móvil que acoja al 100 % de los/as empleados/as en inserción de menos de 30 años, que podrán beneficiarse de un acompañamiento adaptado y que llevará a cabo acciones de recogida, venta, sensibilización y distribución entre el estudiantado.

¿Qué consejos le darías a otros grupos de Europa a los que le gustaría crear una actividad como esta?

¡Lanzaos! Al fin y al cabo, el punto de partida es bastante simple: basta con adaptar vuestras actividades actuales a un público específico, que tiene necesidades y limitaciones concretas. Empezad por escucharlos: ¿Qué necesitan y quieren? ¿Qué falta en la actual actividad de vuestro grupo si eres un/a voluntario/a o beneficiario/a potencial?

Puede parecer obvio, pero el desafío de la acogida de la juventud en nuestros grupos es absolutamente vital para el futuro de nuestro movimiento, además de una enorme fuente de creatividad y de energía que debemos aprovechar.

Podríamos y deberíamos imaginar numerosas variantes de grupos Emaús, adaptadas a públicos concretos, que tengan como objetivo a las personas más frágiles y a aquellas a cuyas necesidades no respondemos lo suficiente: Emaús Senior, Emaús familias monoparentales, Emaús discapacidad, etc. Esto nos ayudaría a ser más inclusivos y acoger de verdad a todo el mundo.

Credito: Emaús Campüs

Crédito: Emaús Internacional.

Rechazo del acuerdo entre Reino Unido y Ruanda

Emaús aplaude esta decisión, pero alerta contra la proliferación de acuerdos de esta índole que afectan a los derechos de las personas exiliadas en Europa.

Tras la llegada al poder del Partido Laborista en Reino Unido el 4 de julio de 2024, el nuevo primer ministro anuló el acuerdo de traslado forzoso de las personas exiliadas a Ruanda. Emaús se congratula por esta decisión que impide la implementación de un peligroso acuerdo, que atenta directamente contra los derechos humanos. No obstante, la creciente multiplicación de este tipo de acuerdos en Europa es del todo preocupante.

El pasado 23 de abril, el parlamento británico adoptó la ley Safety of Rwanda. Haciendo oídos sordos a los llamamientos de las organizaciones de la sociedad civil, de los Lores e incluso de miembros expertos/as de la ONU, el gobierno de Rishi Sunak pasó por el alto el dictamen de su propio Tribunal Supremo (que se había pronunciado de forma unánime sobre la «ilegalidad» del acuerdo Ruanda del 15 de noviembre de 2023), para poner en marcha un acuerdo que permitiera a Reino Unido deportar a Ruanda a las personas que hubieran llegado al territorio sin autorización. Emaús celebra que se haya detenido este proyecto.

Sin embargo, queremos alertar acerca de la proliferación de estos acuerdos. En efecto, el acuerdo con Ruanda entra dentro de una dinámica similar a la que llevó a la adopción de otros acuerdos, tales como el de Italia y Albania, del 6 de noviembre de 2023. Este permite que Italia reubique en Albania el tratamiento de las solicitudes de asilo de ciertos/as ciudadanos/as extranjeros/as interceptados/as o socorridos/as en el mar por las autoridades italianas.

Esta tendencia es particularmente preocupante puesto que quince Estados miembros de la UE[1] pidieron a la Comisión europea adoptar un modelo similar en Europa. En una carta enviada el pasado 15 de mayo, estos Estados llegaron incluso a sugerir una revisión del concepto «país tercero seguro», con el fin de restringir, más si cabe, las garantías de los derechos de las personas exiliadas. Todo esto se añade al arsenal legislativo que ya han desplegado numerosos Estados con el objetivo de impedir a toda costa que las personas circulen y se instalen en su territorio, en un detrimento cada vez mayor de los derechos humanos.

El Pacto europeo de migración y asilo, adoptado el 14 de mayo de este año, no es una excepción, puesto que trata sin tapujos de acelerar la reconducción de personas en situación irregular, además de reforzar la externalización de las fronteras. Tanto en el acuerdo con Ruanda y Albania, como en el Pacto, se observa un aumento del lugar que ocupan los dispositivos de seguridad y de asilamiento, en comparación con los verdaderos mecanismos de acogida y solidaridad. Alentados por objetivos electoralistas a corto plazo, los Estados miran hacia otro lado frente a las realidades que viven las personas migrantes y al apoyo y despliegue de políticas que precarizan, deshumanizan y excluyen. Lejos del reparto de responsabilidades preconizado, los instrumentos legislativos subsiguientes se alejan cada vez más de los convenios internacionales y de los derechos que los propios Estados se comprometieron a respetar.

Si bien los resultados de las elecciones europeas han dado lugar a un inquietante auge de la extrema derecha, esta tendencia actual de aislacionismo, sumada a la progresión de los gobiernos autoritarios y conservadores, debe alertarnos seriamente.

Presente en 43 países, de los cuales 21 europeos y 9 africanos, el Movimiento Emaús le da vida a diario a los principios de acogida y solidaridad. Estos principios pueden abarcar diferentes realidades según el contexto: acoger de forma digna a las personas que han migrado en busca de una vida mejor, así como poner en marcha actividades socioeconómicas que impliquen a las personas más excluidas, permitiéndoles vivir en condiciones dignas, vengan de donde vengan. Emaús defiende la libertad de circulación y de asentamiento para todas y todos, pero trabaja también cada día para que las perspectivas de una vida digna sean posibles allá donde está presente.

Estos acuerdos forman parte de un continuum de acuerdos que expande aún más las fronteras de Europa y que considera las vidas humanas como moneda de cambio. Nos negamos a quedarnos en silencio ante la ilegalidad de unos acuerdos que amenazan la integridad de las personas exiliadas, que tan solo piden ejercer su derecho de circulación, como cualquier otro ser humano.

Emaús Internacional y Emaús Europa abogan por que se implementen las siguientes medidas:

  • El respeto de los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos y del Acuerdo de Ginebra
  • El fin de la política de externalización de fronteras
  • La recuperación de una verdadera política de visados
  • El fin de la detención de personas exiliadas

¡Abogamos por una gobernanza mundial alternativa de las migraciones, que se base en el respeto de los derechos fundamentales y el principio de ciudadanía universal!

 

[1] Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Estonia, Grecia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Malta, Países Bajos, Austria, Polonia y Rumanía