Tejer juntos un futuro social y circular para el textil
Entrevista con Yvette Gumbs, delegada nacional de Países Bajos. Participó en nombre de Emaús Europa en la conferencia organizada por RREUSE sobre la cuestión urgente de los desechos textiles y su impacto en la industria de la moda.
Comenzamos con los desafíos actuales del mercado textil. En su opinión, ¿cuáles son los problemas principales a los que hacemos frente hoy en día?
En efecto, el mercado textil se enfrenta a una serie de grandes desafíos en lo que respecta a la sostenibilidad y la gestión de desechos. Uno de los problemas principales es la naturaleza lineal de la industria; los textiles se producen, se usan y se tiran, a una velocidad alarmante. El resultado son enormes cantidades de desechos textiles de los que una gran parte acaba en vertederos o incinerada.
Otro desafío es el impacto social de la industria textil, sobre todo en lo referente a la producción de ‘fast fashion’. En muchas regiones del mundo, constatamos a menudo que las condiciones de trabajo son precarias, que los salarios son ínfimos y que los derechos de los/as trabajadores/as brillan por su ausencia. Es primordial resolver estos problemas con el fin de construir un futuro equitativo y sostenible para el sector textil.
Habida cuenta de la complejidad de estos desafíos, ¿cómo podemos evolucionar hacia una industria textil más circular y responsable, desde un punto de vista social?
La transición hacia una industria textil circular y socialmente responsable requiere de un enfoque polifacético, que implique a numerosas partes interesadas. En primer lugar, debemos promover la adopción de modelos empresariales circulares y sociales entre los fabricantes de textil. Podría tratarse de producir menos, pero mejor, poner en marcha otras prácticas como la reparación de productos y crear otros nuevos teniendo en cuenta su vida útil.
Por otra parte, los/as consumidores/as tienen un papel clave en esta transición. Es crucial concienciar a la población respecto a las consecuencias de la ‘fast fashion’ y animarla a adoptar un comportamiento responsable, como puede ser comprar ropa de segunda mano o incluso alquilarla. Los/as consumidores/as también pueden apoyar a las marcas sostenibles que priorizan las prácticas éticas y medioambientales.
Por último, los/as responsables políticos/as pueden fomentar las prácticas sostenibles, implementando legislaciones que limiten la importación de productos fabricados siguiendo normas sociales y ecológicas mediocres, animar a la reutilización, haciendo obligatorio el aumento del ciclo de vida de los desechos en la industria y recompensando a las empresas que emprendan iniciativas respetuosas con el medioambiente.
El ciclo de vida de los desechos en la industria (REP, por sus siglas en francés) es una herramienta política que amplía la responsabilidad económica u operativa del productor frente a un producto, con el fin de incluir la gestión de la fase posconsumo. El objetivo es ayudar a lograr los objetivos nacionales y europeos en materia de reciclaje y desarrollo. Por consiguiente, las políticas REP, en general, transfieren el coste de la gestión de desechos o de la recogida física, parcial o totalmente, de los gobiernos locales a los/as productores/as.
En lo que respecta a la reutilización de textiles, ¿qué soluciones innovadoras habéis descubierto? ¿Son prometedoras para la reducción de desechos textiles?
Existen numerosas innovaciones apasionantes en el ámbito de la reutilización de textiles que tienen un gran potencial. Una de ellas es el surgimiento de tecnologías de reciclaje del textil que transforman viejos textiles en nuevas fibras y nuevos tejidos. Esto permite, no solo reducir las necesidades de materiales vírgenes, sino también minimizar los desechos y el consumo energético.
Otra solución notable es la creación de plataformas de consumo colaborativo. Estas plataformas facilitan los intercambios de ropa, los alquileres y los mercados de segunda mano, nutriendo al mismo tiempo la cultura de la reutilización de las prendas, en lugar de simplemente tirarlas después de haberlas utilizado solo unas cuantas veces.
Por otro lado, las empresas sociales y las ONG como Emaús han hecho considerables progresos en la promoción de prácticas de reutilización, gracias a las iniciativas de desarrollo de competencias y de ‘upcycling’. Estas permiten a las comunidades crear un valor a partir de prendas desechadas, lo que, a cambio, favorece el desarrollo económico y social.
Conferencia organizada por RREUSE el 22 y 23 de junio de 2023, en Berlín. © RREUSE