Emaús Europa

Georgia: un “balcón con vistas a Europa” ¡y un grupo listo para unirse a Emaús!

La vitalidad del movimiento se demuestra a través de los intercambios que promueve, las amistades que fomenta y las iniciativas de ayuda mutua que de él resultan. ¡Nuestra reciente visita a Emaús Geo demuestra una vez más que su historia es una ilustración perfecta de ello! 

En 2015 se creó en Tiflis, Georgia, una pequeña asociación llamada “Emaús Georgia”. Hoy en día la asociación participa activamente en la ayuda a las poblaciones vulnerables (distribución de ropa, rondas nocturnas para atender a personas sin hogar…) y está presente en las redes sociales. Sus actividades atraen a personas procedentes de lugares tan lejanos como Ucrania. Así, en 2017, el grupo ucraniano Emaús Oselya invitó a su fundador, Giorgi, a un encuentro que reunió a los grupos Emaús de Europa para hablar sobre temas compartidos por los grupos de la región Polonia-Ucrania (el “Colectivo Polonia-Ucrania”). Este encuentro permitió al pequeño grupo georgiano y al resto de participantes descubrir la amplitud y la riqueza del movimiento y conocer a personas y grupos que comparten el mismo deseo de luchar contra todas las causas de la pobreza. Y ahora la sensación de que una nueva aventura Emaús está a punto de tomar forma, esta vez en Georgia. 

Una entrada progresiva en el Movimiento Emaús 

Durante una larga estancia en Francia en 2010, Giorgi pasó por Grenoble y visitó el grupo Emaús de la ciudad; al volver a Georgia, sólo tenía una idea en mente: transferir este modelo y ayudar a las personas más vulnerables. En aquel momento, no tenía ni idea de la dimensión nacional e internacional de esta tienda solidaria de Grenoble. ¡Desde entonces ha recorrido un largo camino! 

“Emaús GEO” entró en periodo de prueba en 2019 y la última visita al grupo, que fue una “visita de pre-afiliación” al movimiento Emaús, tuvo lugar a finales de abril de 2023. El equipo pudo comprobar que los progresos del grupo seguían siendo impresionantes desde la visita anterior en junio de 2021. 

A lo largo de los años, se han realizado verdaderos progresos y el desarrollo del grupo ha sido notable, aunque no meteórico. No hay que olvidar que el grupo recibe bastante ayuda de Emaús Annemasse (Francia), que le aporta su conocimiento del movimiento Emaús y apoya sus proyectos. Emaús Geo avanza paso a paso, consolidando sus logros y preservando los valores de acogida incondicional y de lucha contra la pobreza y sus causas, que siempre han formado parte del ADN del grupo.  

Las actividades innovadoras siguen siendo la piedra angular de la tradición Emaús 

Entre junio de 2021 y abril de 2023 Emaús GEO ha consolidado su autonomía financiera adquiriendo una casa en Kvareli, una pequeña ciudad de la región vinícola muy turística. Esta casa permitirá acoger a más compañeras y compañeros, quienes se encargarán de gestionar un bed and breakfast para turistas que abrirá sus puertas dentro de unas semanas. 

También en Kvareli, a principios de 2023, el ayuntamiento puso a disposición del grupo un nuevo local comercial de 113 m2, con un atractivo escaparate: la tienda de ropa abrirá sus puertas dentro de unas semanas y debería atraer a nuevos clientes, consolidando aún más la autonomía del grupo. 

Por último, en Tiflis, Emaús GEO gestiona una tienda de ropa de segunda mano, frecuentada por numerosas personas en situación precaria; los voluntarios/as (¡más de treinta!) están siempre dispuestos a escuchar la situación de todo el que se acerca. Además de ser una tienda, el local ayuda a las personas a establecer vínculos y forma una verdadera red de apoyo.  

Además, el grupo está muy implicado con las personas desplazadas de Abjasia y Osetia del Sur, cuya situación es extremadamente precaria. Desde 2008, estas personas viven en las afueras de Tiflis, en edificios insalubres, algunos sin acceso al agua ni a la electricidad y Emaús GEO les visita cada semana, distribuyendo alimentos y ropa, y luchando para hacer valer sus derechos y encontrar oportunidades económicas. 

Actualidad Lucha contra la miseria / Solidaridad

En la puerta de la tienda de Emaús GEO en Tiflis. © Emaús Europa  

Entidades locales y asociaciones unidas por una Europa acogedora

El 15 de junio presentamos en Estrasburgo a los miembros del Parlamento y la Comisión Europea un manifiesto elaborado por un centenar de asociaciones y autoridades locales que trabajan a diario para que las personas exiliadas sean acogidas con dignidad, a pesar de su situación.

En un momento en que el Consejo de ministros europeos acaba de modificar (el 8 de junio) uno de los principales avances del “Nuevo Pacto de Asilo y Migración” propuesto por el Parlamento, que permitía a los/as solicitantes de asilo elegir como destino un país cuyo idioma conocieran o en el que tuvieran contactos, seguimos pidiendo el fin del Protocolo de Dublín, que tanta miseria genera. 

Aún estamos conmocionados/as por el último naufragio en el Mediterráneo, que se cobró al menos 79 vidas el día anterior, pero nos alegramos de que los delegados/as y los servicios territoriales se movilicen en favor de los derechos humanos de las personas en el exilio en el seno de la Asociación Nacional de Ciudades y Territorios de Acogida en Francia y de la Alianza Puertos Seguros en otros países europeos.  

Invitamos a los centros Emaús que aún no son miembros a establecer vínculos locales con estos espacios; en los próximos meses continuaremos estas colaboraciones y propuestas comunes a nivel europeo. Emaús Internacional también participará en movilizaciones de la misma índole en otras regiones del mundo en el marco de la Alianza para las Migraciones y de la Organización para una Ciudadanía Universal. 

Nuestras propuestas (en francés)
Actualidad Defensa de los derechos humanos / Migraciones Unión Europea

© Emaús Europa

Emaús Punto y la lucha contra la adicción

Encuentro con Richard, presidente honorario de Emaús Punto en Bergisch Gladbach que comparte con nosotros la experiencia del grupo alemán y sus conocimientos sobre las cuestiones relacionadas con la adicción. 

¿Puedes presentarte y hablarnos de los inicios de Emaús Punto? 

Soy presidente honorario de la asociación y, profesionalmente, trabajo a tiempo completo en una clínica especializada en la ayuda a toxicómanos. En 2008 creamos un proyecto similar a Emaús con 6 pacientes y lo llamamos “Punto” como símbolo de “punto de inflexión”. Las personas afectadas por la drogadicción deberían poder liberarse definitivamente del desempleo y la soledad y no acabar en la calle o en la cárcel. Así, empezamos esta actividad con una ayuda financiera de 500 euros concedida por la asociación Emmausbewegung deutscher Zweig e.V. del difunto expresidente Stephan Drechsler, de Bergisch Gladbach. Yo me había unido a esta asociación en 1983 como miembro activo antes de mis estudios y por ello el proyecto pasó a formar parte de nuestro movimiento. 

¿Puedes hablarnos de la comunidad y de lo que la hace especial?   

Nuestra comunidad se basa en la continuidad a lo largo de los años de nuestros 20 miembros y 12 compañeros. Hablamos alemán e italiano, ya que entre nuestros miembros fundadores había 4 italianos, y cultivamos una actitud de confianza hacia la abstinencia de todas las sustancias tóxicas en nuestros grupos semanales de debate y autoayuda. El sentimiento de gratitud, alegría y humildad que surge al recuperar la salud es muy significativo y útil y esa es la piedra angular de lo que hacemos. 

Además de en Emaús, trabajas en una clínica especializada en adicciones, ¿en qué consiste tu trabajo? 

Los toxicómanos llegan a nuestra clínica directamente de la cárcel o de una unidad de desintoxicación de un hospital de urgencias; la vida en la clínica durante los 9 meses de estancia ya es como vivir en una comunidad. Mis compañeros y yo, psicoterapeutas formados, hablamos a diario con ellos en la clínica. El objetivo es aclarar la decisión de seguir un proceso de abstinencia y, sobre todo, volver a tratarse con honestidad y sinceridad, perdonarse y, en el mejor de los casos, encontrar nuevos amigos y una vida después de la terapia. La tasa de éxito de este programa -esto es, el seguimiento regular en condiciones de abstinencia hasta el final del programa- se sitúa en torno al 60%. Con un buen plan para después de terminar el proceso, como una comunidad Emaús, el porcentaje de éxito se eleva inmediatamente hasta superar el 80%. 

¿Qué consejo darías a una persona con problemas de adicción? 

Concretamente, lo primero que necesitan es una buena desintoxicación bajo supervisión médica durante al menos 2 a 6 semanas. Se trata de un descanso, una pausa inicial. No hay que dejarle solo/a, hay que visitarle, mirarle con cariño, hablarle claro y establecer nuevos contactos, esto puede darle esperanza y fuerza para nuevas decisiones y próximos pasos. Dar estos pequeños pasos al principio es esencial para el resto del proceso. 

¿Quieres contarnos algo más? 

Hemos observado a menudo que Emaús ejerce una gran atracción sobre los participantes en nuestro programa clínico: lo que les fascina es la práctica simple y concreta de actuar solidariamente y, por eso, 15 años después de la pérdida del Abbé Pierre, es justo continuar con sencillez, alegría, autocrítica y honestidad. No olvidemos que Emaús ofrece espacios en la sociedad que son vitales para muchas personas.   

Actualidad Alemania Lucha contra la miseria / Solidaridad

© Emaús Europa  

Niños que viven y recorren las calles, el testimonio de Emaús Satu Mare

Muchas de las personas que viven en la calle en Europa son aquellos y aquellas que acabaron allí durante su infancia. También es el caso para una gran parte de las compañeras y compañeros de Emaús. 

En Rumanía, se creó exprofeso una comunidad para permitir a los jóvenes que salen de la institución, construir su vida adulta sin pasar por la calle. Nos reunimos con Jean-Philippe, Presidente de Emaús Satu Mare, para que nos hable de sus acciones. Estas podrían servir de ejemplo a otros grupos Emaús europeos… 

Buenos días, Jean-Philippe, ¿podrías explicarnos cómo funciona vuestra comunidad? 

Nuestro grupo nace de la voluntad por proponer una alternativa a los jóvenes mayores de edad, que pasaron su infancia en manos de los servicios sociales y quienes, a los 18 años, deben desenvolverse solos sin haber sido preparados para ello. Les ayudamos a reconstruirse tras estas experiencias, a menudo traumáticas, y a centrarse en el futuro, por medio de un aprendizaje de las nociones básicas de la vida cotidiana y profesional. La comunidad es un puente entre los centros de menores y el mar abierto que supone una vida independiente.

A pesar de que muchos de estos jóvenes que se encuentran en la calle tienen historias parecidas de un país a otro, existe una historia específica en Rumanía. ¿Podrías explicarlo? 

Muchos se acordarán de las imágenes de los orfanatos rumanos que dieron la vuelta al mundo a principios de los 90. La dureza de las condiciones de vida en la Rumanía de Ceausescu, una concepción terrible de la discapacidad a partir de los 70 (que distinguía entre aquellos niños que podían recuperarse y los que no), un sistema institucional absurdo, en el que a los menores internados se les veía como pacientes, alumnos, aprendices, pero nunca como niños con sus propias necesidades y, básicamente, numerosas negligencias que dieron lugar a consecuencias dramáticas que han contribuido a la creación de los «orfanatos-mammouth», que acogían a cientos de niños. Unos lugares donde se sufría muchísimo. 

Por supuesto, con la entrada de Rumanía en la Unión Europea en 2007, la situación material de los niños internados mejoró considerablemente. No obstante, el nivel de formación personal es a menudo insuficiente y a las mentalidades les cuesta evolucionar. En bastantes casos, y a pesar de las ayudas económicas existentes, los jóvenes abandonan el sistema a los 18 años, con una mochila de experiencias traumáticas y sin haber podido prepararse para la vida de forma independiente.  

Con el fin de que los jóvenes dejen la comunidad, ¿trabajáis de forma específica la formación? 

Trabajamos sobre el aprendizaje de las competencias necesarias para la vida independiente: 

  • Las competencias personales y sociales: gracias a un equipo de 3 educadores, los jóvenes aprenden a manejarse con la cocina, el trabajo del hogar, a tener en cuenta su higiene, su salud, gestionar su dinero y las relaciones interpersonales. A su vez, tienen una charla semanal con un educador de referencia, tienen la posibilidad de que les atienda un psicólogo cada semana y participan en grupos de apoyo y, en grupos pequeños, en talleres de formación un par de veces al mes. 
  • Las competencias profesionales: por medio de diferentes puestos de trabajo (hogar, cocina, reciclaje, venta, costura, etcétera), los jóvenes adquieren competencias básicas: puntualidad, trabajo en equipo, responsabilidad en el trabajo, ¡y también aprenden a dejar el móvil a un lado mientras trabajan! 

¿Y en qué se convierten los jóvenes cuando acaban su proceso se inserción en la comunidad?
Cuando un joven está listo para trabajar fuera, le ayudamos a encontrar un empleo y mantenemos el contacto con la persona que le contrate hasta que su situación laboral sea estable. Por otro lado, durante su estancia en la comunidad, los jóvenes ahorran de forma obligatoria una parte de su salario; gracias a este dinero, que se completa con un préstamo de la asociación o un crédito bancario, quienes así lo deseen pueden comprar un piso cuando dejan la comunidad. En un contexto local poco favorable para los inquilinos, esta es la mejor opción para no acabar en la calle, además de ser una auténtica garantía de estabilidad personal. Los jóvenes continúan con seguimiento regular, en función de sus necesidades, y los beneficiarios de un préstamo por parte de la asociación no pueden revender sin nuestra aprobación, para así evitar que sean víctimas de malas artes. Desde 2019, 13 jóvenes han conseguido su propio alojamiento.  

Actualidad Lucha contra la miseria / Solidaridad Rumania

© Emmanuel Rabourdin